EL DÍA QUE TODA UNA NACIÓN LLORÓ AL “OTRO KENNEDY”
La década de los 60 supuso una de las épocas más convulsas y ricas en acontecimientos de todo el siglo XX. Muchos de los hechos de estos años simbolizaron sin duda, la esperanza de cambio hacia un mundo mejor. Sin embargo, a medida que estos años iban pasando, las ilusiones se rompían y el desengaño aumentaba, permaneciendo tan solo el poso amargo de la derrota. Esto es lo que cuenta “Bobby” (2006), del director-actor Emilio Estevez: la mirada nostálgica hacia atrás en la Historia, concretamente a las últimas 48 horas de la vida de Robert F. Kennedy.
Bobby Kennedy fue asesinado el 6 de Junio de 1968 en el hotel Ambassador, tras proclamarse vencedor en las Primarias Demócratas de California y prácticamente erigirse en candidato de este partido a las elecciones de aquel año contra Richard Nixon. Con su muerte, tremendamente dolorosa, más si cabe que la de su hermano cinco años antes o la de Martin Luther King, se ahogaban los sueños de cambio de una generación.
La década de los 60 supuso una de las épocas más convulsas y ricas en acontecimientos de todo el siglo XX. Muchos de los hechos de estos años simbolizaron sin duda, la esperanza de cambio hacia un mundo mejor. Sin embargo, a medida que estos años iban pasando, las ilusiones se rompían y el desengaño aumentaba, permaneciendo tan solo el poso amargo de la derrota. Esto es lo que cuenta “Bobby” (2006), del director-actor Emilio Estevez: la mirada nostálgica hacia atrás en la Historia, concretamente a las últimas 48 horas de la vida de Robert F. Kennedy.
Bobby Kennedy fue asesinado el 6 de Junio de 1968 en el hotel Ambassador, tras proclamarse vencedor en las Primarias Demócratas de California y prácticamente erigirse en candidato de este partido a las elecciones de aquel año contra Richard Nixon. Con su muerte, tremendamente dolorosa, más si cabe que la de su hermano cinco años antes o la de Martin Luther King, se ahogaban los sueños de cambio de una generación.
El filme, todo hay que decirlo, cuenta estas últimas horas a través de múltiples personas (que no personajes), que se encuentran trabajando u hospedados en el fatalmente famoso hotel. Cada uno de ellos, por su situación personal y profesional, por sus defectos y virtudes, sufren de alguna manera el momento histórico que les ha tocado vivir (Vietnam, revueltas estudiantiles, reivindicaciones de las minorías, etc.). Todos mantienen un vínculo emocional con la espléndida figura de aquel político de sonrisa seductora. Todos albergan la sensación de que Bobby Kennedy encarna los valores humanos más loables. Que Bobby, el “otro Kennedy”, llevará a aquella gran nación al lugar que se merece, no porque su poder militar y económico lo dicte así, sino porque su convicción y liderazgo para aunar a los pueblos será tan considerable que la paz dejará de ser una utopía y la igualdad social reinará en la Tierra de las Oportunidades, y por ende en el mundo entero.
Como decía, el prestigioso elenco actoral (nada menos que Sharon Stone, Helen Hunt, Elijah Wood, Martin Sheen, Anthony Hopkins y un larguísimo etc.), siendo significativos, no lo son comparado con el verdadero Sujeto del filme: el hermano de JFK. La opción de que el político solamente aparezca en imágenes documentales dando los pertinentes mensajes es muy acertada. Es una opción que le otorga al conjunto mayor realismo e incrementa las dosis de dramatismo en la narración. Por otro lado, también idealiza y edulcora el retrato final de esta figura histórica. No nos engañemos, Estevez fomenta la adoración del que es, indudablemente, uno de los iconos indiscutibles del siglo XX.
En conclusión, “Bobby” es un filme intensamente doloroso y nostalgico. Mucho más, porque Estevez juega con el conocimiento que el espectador tiene de los acontecimientos y dilata el tiempo cinematográfico hasta que la tragedia, cuando se produce, es absolutamente insoportable. Es un drama colectivo, al modo de filmes tan soberbios como “Vidas Cruzadas” (1993) de Robert Altman, “Magnolia” (1999) de Paul Thomas Anderson o la misma “Crash” (2004) de Paul Haggis. Todas ellas tienen una virtud: la de mostrar la heterogeneidad social, cultural y étnica de una nación que no termina de saldar deudas con su propia Historia, y que solo mediante el reconocimiento y la reconciliación con el prójimo podrá propiciar los cambios de una convivencia armónica.
¿Qué hubiera pasado si Bobby no hubiera salido por la cocina del Ambassador?, probablemente no hubiera muerto. Quizás tampoco hubiera solucionado los males del mundo. La Metahistoria es imposible e innecesaria. Pero si es seguro que al terminar el filme, será inevitable recordar a algunos impostores avariciosos que dicen servir a su comunidad, y nos quedará la certeza de que ya no hay políticos como Bobby. Cabe preguntarse si no será por nuestra culpa.
Como decía, el prestigioso elenco actoral (nada menos que Sharon Stone, Helen Hunt, Elijah Wood, Martin Sheen, Anthony Hopkins y un larguísimo etc.), siendo significativos, no lo son comparado con el verdadero Sujeto del filme: el hermano de JFK. La opción de que el político solamente aparezca en imágenes documentales dando los pertinentes mensajes es muy acertada. Es una opción que le otorga al conjunto mayor realismo e incrementa las dosis de dramatismo en la narración. Por otro lado, también idealiza y edulcora el retrato final de esta figura histórica. No nos engañemos, Estevez fomenta la adoración del que es, indudablemente, uno de los iconos indiscutibles del siglo XX.
En conclusión, “Bobby” es un filme intensamente doloroso y nostalgico. Mucho más, porque Estevez juega con el conocimiento que el espectador tiene de los acontecimientos y dilata el tiempo cinematográfico hasta que la tragedia, cuando se produce, es absolutamente insoportable. Es un drama colectivo, al modo de filmes tan soberbios como “Vidas Cruzadas” (1993) de Robert Altman, “Magnolia” (1999) de Paul Thomas Anderson o la misma “Crash” (2004) de Paul Haggis. Todas ellas tienen una virtud: la de mostrar la heterogeneidad social, cultural y étnica de una nación que no termina de saldar deudas con su propia Historia, y que solo mediante el reconocimiento y la reconciliación con el prójimo podrá propiciar los cambios de una convivencia armónica.
¿Qué hubiera pasado si Bobby no hubiera salido por la cocina del Ambassador?, probablemente no hubiera muerto. Quizás tampoco hubiera solucionado los males del mundo. La Metahistoria es imposible e innecesaria. Pero si es seguro que al terminar el filme, será inevitable recordar a algunos impostores avariciosos que dicen servir a su comunidad, y nos quedará la certeza de que ya no hay políticos como Bobby. Cabe preguntarse si no será por nuestra culpa.
FICHA TÉCNICA:
Dirección y guión: Emilio Estevez.País: USA.Año: 2006.Duración: 120 min.Género: Drama.Interpretación: Harry Belafonte (Nelson), Joy Bryant (Patricia), Nick Cannon (Dwayne), Emilio Estevez (Tim Fallon), Laurence Fishburne (Edward Robinson), Heather Graham (Angela), Anthony Hopkins (John Casey), Helen Hunt (Samantha), Lindsay Lohan (Diane), William H. Macy (Paul Ebbers), Demi Moore (Virginia Fallon), Martin Sheen (Jack Stevens), Christian Slater (Timmons), Sharon Stone (Miriam Ebbers), Elijah Wood (William Avary), Ashton Kutcher (Test).Producción: Michel Litvak, Edward Bass y Holly Wiersma.Música: Mark Isham.Fotografía: Michael Barrett.Montaje: Richard Chew.Diseño de producción: Patti Podesta.Vestuario: Julie Weiss.
4 comentarios:
Lloré al verla. Y efectivamente los políticos de ahora dan pena
No le reconozco Sr. Silverman, usted definede a un político norteamericano hijo del capital más insolidario. No le entiendo.
Más allá de ideologías políticas, creo que es interesante establecer que la política es un servicio para la ciudadanía. Los ciudadanos requieren gente que les represente con honestidad, que les guíe. Bobby representa la esperanza del "buen gobierno" a través de un idealismo y una retórica irrepetible. ¿Su realidad?, nunca la sabremos pero yo apostaría a que hubiera hecho mucho más que otros que le precedieron.
Bravo!!!!
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