24 julio 2007

Cinema Revival (XLVI): La chinoise (1967)


LA REVOLUCIÓN SEGÚN GODARD

La excitante experiencia de revisar "La chinoise" (1967) de Jean-Luc Godard cuarenta años después de su realización, nos hace replantearnos muchas cuestiones que parecían ya superadas por el tiempo. A saber: ¿es un tratato o manifiesto sobre el Socialismo cientifico, véase Marxismo-Leninismo, Maoismo?, ¿sobre la posibilidad de una Revolución?, ¿sobre la existencia real de un Arte Socialista?. Quizás sea todo eso y mucho más.
El Godard más radical y militante, enganchado a la ola Maoista de la Revolución Cultural China estructura un filme esencial para comprender la atmósfera previa a los acontecimientos de Mayo del 68. Esa es su virtud: su rango profetizador. Estructurada en diferentes movimientos, actos y monologos, como si de una pieza musical o teatral se tratara, Godard trata de diseccionar el pensamiento socialista, cuestionar sus dogmas y proponer con radicalidad y polémica posibles alternativas con el objetivo de refundar un mundo nuevo más feliz y justo.
"La chinoise" es también un filme de una densidad conceptual abrumadora. Tanto, que dificilmente podría resistir breves reseñas como ésta sin omitir gran parte de sus contenidos, tal es su anhelo. Godard propone un viaje cinematográfico a las entrañas de las tesis revolucionarias
a través de los senderos iconógráficos de la Historia y el cuestionamiento de la cultura oficial y hegémonica que ejercen las superpotencias.
Desde el punto de vista técnico y dramatúrgico nos encontramos con una obra de conflictivos personajes que hablan pero que no practican, todo con una frescura inconmensurable, modernísima, de montaje vibrante y alucinantes encuadres. De una imaginación desbordante y un erotismo que aúna radicalidad y exuberancia.
En definitiva, un filme importante, un filme indispensable para reflexionar sobre la interioridad del pensamiento político y sus posibilidades para reformar la sociedad. Y además, un filme que pone sobre la mesa las grandes contradicciones humanas, sobre todo aquellas en las que chocan el compromiso intelectual y la renuncia con la militancia tangible. Sin olvidar la grandeza del cine para expresar y cuestionar el pensamiento humano y por supuesto, la importancia de Godard, hoy más que nunca, como cineasta a reivindicar.

FICHA TÉCNICA:

Dirección y guión: Jean-Luc Godard.País: Francia.Año: 1967.Duración: 99 min.Género: Drama.Interpretación: Anne Wiazemsky (Véronique), Jean-Pierre Léaud (Guillaume), Michel Semeniako (Henri), Juliet Berto (Yvonne), Lex De Bruijn (Kirilov), Omar Diop (Omar), Francis Jeanson (él mismo), Blandine Jeanson (Blandine), Eliane Giovagnoli.Fotografía: Raoul Coutard.Montaje: Delphine Desfons y Agnès Guillemot.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

a emular se ha dicho... un pinta espléndida

Anónimo dijo...

vamos a ver.. si Godard siempre ha sido un blufff ... no me lo venda como un prodigio

Running is Life dijo...

no trato de vender nada sino de ejercer la crítica con humildad exponiendo mi punto de vista, que es tan respetable como el suyo

Anónimo dijo...

salud camaradas

Anónimo dijo...

un poco trasnochada pero si... muy buena