09 julio 2007

Crítica de Cine (XLIX): En la cama (2005)


LAS CUATRO ESQUINAS DEL MUNDO

A estas alturas del siglo XXI no habrá quien pueda dudar de que el filme “Tú y yo” (1957) de Leo McCarey será para siempre el paradigma evidente del amor verdadero en forma de paréntesis accidental atropellando a sus protagonistas en un torbellino pasional de altos vuelos. Las imágenes de este Clásico son aún motivo de reflexión y su influencia en el cine moderno está fuera de toda duda. No será necesario enumerar títulos, muchos de ellos de dudosa calidad, sin embargo, retorna al corazón cinéfilo aquel memorable y emocionante díptico del cineasta norteamericano Richard Linklater: “Antes del amanecer” (1995) y “Antes del atardecer” (2004). Poderosa elegía del amor perdido deambulando por Viena y París en busca de respuestas nunca encontradas. Suerte de ensayo modernísimo en el que se rompía el relato y en su lugar surgía Godard melancólico. Y aunque parecía que ya no había más vueltas de tuerca al tema nos equivocamos. “En la cama” (2005) del chileno Matías Bize supone llevar los planteamientos cinematográficos y las inquietudes vitales que subyacían en los filmes de McCarey y Linklater hacia el punto sin retorno del amor imposible sobre una cama en los tiempos de la postmodernidad.
Imposible encontrar en los últimos tiempos un filme tan encantador, tan seductor en su forma como en su fondo, tan rabiosamente amargo como vital. Bize representa con la simpleza que caracteriza a los genios el drama de un encontronazo fortuito entre dos individuos ávidos del afecto que la cotidianidad les ha negado, insaciables en la física atracción de una noche que no debiera acabar jamás pues la cama es el mundo y ellos, sus más ilustres habitantes.
Se mueve la cámara con sigilo felino entre los muebles, entre las sabanas, entre los cuerpos, como experto voyeur disfrutando con esa intimidad tan a flor de piel, con esa cruda interioridad transpirando cada centímetro del celuloide. El tono narrativo es soberbio, los giros son memorables en un filme que cuenta todo lo que somos y en realidad muestra nuestro vacío. Las verdades se encuentran debajo de la cama, inconfesables secretos de una noche entre dos almas gemelas (vaya actorazos ambos, tanto Blanca Lewin como Gonzalo Valenzuela ) de incontinencia sexual y verbal. Porque se habla mucho y se practica mucho el sexo, con pasión y con ternura, intentando parar el tiempo. Como Cary Grant y Deborah Kerr, como Ethan Hawke y Julie Delpy , en aquellas citas nunca culminadas.
Provoca cuestionarse si realmente no estamos ante una Obra Maestra. La respuesta sería afirmativa porque Bize propone un viaje a las cuatro esquinas de una cama. Nunca travesía más original encerró tanto deseo al otro, tanto culto al cuerpo y al corazón de la persona soñada aderezado con una cinefilia exuberante y afrodisíaca. Homenaje agridulce, en fin, al amor más verdadero, al amor fugaz, al amor más feliz. Pero también crónica amarguísima de los desengaños, tratado sincero sobre tener y perder, sobre la imposibilidad de aprehender la figura perfecta por siempre, de sobrevivir a la herida cierta de lo que pudo ser y que irremediablemente no fue. Encuadre cerrado de un cama y en ella la vida, el mundo mismo.

FICHA TÉCNICA:
Dirección: Matías Bize. Países: Chile y Alemania. Año: 2005.Duración: 85 min.Género: Comedia dramática.Interpretación: Blanca Lewin (Daniela), Gonzalo Valenzuela (Bruno).Guión: Julio Rojas. Producción: Adrián Solar y Christoph Meyer-Wiel.Música: Diego Fontecilla.Fotografía: Cristián Castro y Gabriel Díaz.Montaje: Paula Talloni.Dirección artística: Constanza Meza-Lopehandía y Mercedes Marambio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

excelente texto, inspiradisimo.Y la peli es deliciosa

Running is Life dijo...

Una delicia efectivamente a la que he intentado hacer justicia. Ni más ni menos.

Anónimo dijo...

Pues le ha hecho usted justicia de verdad.

Anónimo dijo...

Incríble Gonzalo Valenzuela. Lo había visto en algunos capítulos de la telenovela chilena "Machos"(aquella que puso la 1ºde TVE allá por el 2004 creo) y el giro en su interpretación ha sido notable. La película también me pareció notable. Estoy por pedirle a mi pareja una sesión cómo ésa, una noche de mucho SEXO y mucha PALABRA, todo en su justa medida. Seguro que la experiencia sería positiva................y lo mejor sería que nuestro final sería diferente al de "En la cama".