22 octubre 2007

DIEGO OJEDA: Un viaje ha comenzado...


La pasada noche del viernes el cantautor Diego Ojeda presentaba su primer disco titulado “Sin prisa” en el Salón de Actos del Centro Superior de Formación del Profesorado. El maravilloso concierto brindado por Ojeda contó con la presencia de músicos de la talla de José Henríquez (violín) y de Ulises Canciano (teclados). El acontecimiento por sí mismo desbordó todas las previsiones realizadas y todas las expectativas soñadas. Cabría darle la enhorabuena a este músico y reflexionar sobre su inmediata realidad.
Diego Ojeda, con este primer trabajo, ha iniciado el inminente viaje hacia el reconocimiento supremo del público por una forma inusual de hacer música. Una suerte de travesía esplendida en la que Diego, con sabiduría y paciencia, ha sabido hacer felices primero a su círculo más inmediato y luego a una audiencia cada vez más amplia y exigente. Todo ello en torno a un puñado de canciones sinceras, un manejo del lenguaje excepcional y una manera de sonar, tanto en directo como en el disco, solamente al alcance de músicos veteranos y curtidos en la dureza y la soledad de los escenarios.
Después de este concierto algo ha cambiado. Esta certeza se ha acrecentado de un tiempo a esta parte. Ojeda, que hace un año y medio era un auténtico desconocido ya ha debutado recientemente en el celebérrimo local madrileño “Libertad 8”. Este dato no es trivial ni puede caer en saco roto si tenemos en cuenta que en aquella mítica sala han desfilado la flor y nata de los cantautores de nuestro país y de otras lejanas latitudes. Desde Pedro Guerra pasando por Ismael Serrano, Jorge Drexler hasta llegar a otras figuras recientes como la del también grancanario Sergio Alzola.
Diego Ojeda es un valor en alza. Basta escuchar todos y cada uno de los temas de su disco. La variada temática que atesoran: los amores cotidianos, los conflictos, la rutina, el dolor y la prisa, los viajes, la infancia, la inocencia, los niños. Siempre habrá niños correteando por el repertorio de Diego, siempre habrá palabras que intenten desentrañar el poderoso misterio que subyace al proceso de hacerse mayor. Así, el Diego Ojeda-niño se ha hecho mayor artisticamente. La promesa y el proyecto se abren paso con este disco a una realidad tangible y sólida. Una realidad en forma de música. Música hecha arte, música inmortal. Testimonio fascinante que perdurará y que habrá de hechizar, no solo a los que ahora asistimos perplejos a este fenómeno, sino a los que aún no han llegado. Los que extasiados escucharán la música que Diego, con amor, ha creado. Los que le recordarán cuando el tiempo haya pasado, cuando seamos polvo en el viento, simple arqueología de los sentimientos vividos, sombras nada más vagando frenéticas en el limbo recordando aquellos acordes que una vez nos hicieron felices.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

INspiradisimo.....

Anónimo dijo...

este chico es un sol, me encantó el concierto y me flipó su disco. Silverman tiene razón

Anónimo dijo...

lloramos todos al ritmo de "Gira", ¡qué pasote!, este tío tiene futuro

Anónimo dijo...

El que se pasa de rosca es Silverman... este sí que es un crack

Running is Life dijo...

pues si, el muchaco en cuestión tiene madera para hacer un mueble cojonudo si me permiten la palabrota

Anónimo dijo...

el disco del muchacho es mágnifico y para empezar se lo ha montado muy bien. Talento tiene, tanto como Silverman escribiendo. Les deseo a ámbos lo mejor.