07 noviembre 2007

Cómics: Green Lantern / Green Arrow








En los 70, el género superheroico, hasta aquel momento de los más gloriosos que el cómic como medio de expresión había cultivado, se hace adulto. De la mano del dibujante Neal Adams y el guionista Denny O´neal destrozan literalmente el panorama del cómic USA y mundial con la serie de Green Lantern /Green Arrow. Ambos personajes, segundones y poco vistosos, más bien relegados siempre al rol de comodines de relleno sufren una metamorfosis radical.
Adams y O´neal cargan a los personajes con una complejidad inusitada. Esto es la posibilidad de enfrentarlos a historias cuya carga dramática y densidad temática y narrativa choque frontalmente con su condición de seres privilegiados, de héroes, de campeones. Relatos que, todo hay que decirlo, son hijos directos del momento, cargados de una fuerte conciencia social, de una acusada humanidad y un sentido pedagógico asombroso. El género se hacía adulto, los chicos de la máscara y las mallas ceñidas ya no salvarían al mundo. Ahora se trataba de cuestiones más locales, cercanas, pero terriblemente crudas por su cotidianidad, por su carácter tabú. Temás como las drogas, la inseguridad ciudadana, la discriminación racial y de género, la homosexualidad, el ecologismo, etc... No nos engañemos, han pasado más de treinta años, tenía merito hablar y críticar estas cuestiones en aquellos días.
Además se hace preciso añadir cómo cada uno de los personajes encarna claramente una forma de vivir y de percibir el mundo y cada uno de sus conflictos. Esta antítesis, suerte de choque de opuestos produce un enriquecimiento de la narración y de su sentido educativo para dejar claro algo que seguro ya sabíamos: que no todo es blanco o negro sino que la vida tiene muchas gamas de gris y todo depende de la situación y el momento.
En conclusión, es una obra que en términos históricos fue rompedora e irrepetible. En lo que se refiere a su relevancia puede ser que algunas de las historias haya envejecido pero si reflexionamos seriamente, veremos que en plena resaca contracultural y con la latente eclosión ultraconservadora aquellas viñetas simbolizaron más que un soplo de aire fresco.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

demasié!!!!

Running is Life dijo...

pues sí, muy bueno demasiado bueno

Anónimo dijo...

muy bueno, el dibujo de Adams es increible