LOS AMIGOS QUE PERDÍNo pocas veces el cine ha revisitado esas historias autobiográficas en las que se vuelve, mediante flash-backs, a aquella juventud añorada marcada por amistades, amores o sucesos significativos que marcaron una etapa importante de la vida. Los títulos son númerosos, de calidad desigual, quizás porque mirarse el ombligo es peligroso y puede dar vertigo, o afectar de males de autocomplacencia. Sin embargo, seguro que muy pocos poseen la frescura y el atractivo de esta "A guide to recognizing your saints" (2006), mal llamada "Memorias de Queens" del cineasta Dito Montiel.
Ópera prima de su autor, asistimos fascinados a un filme virtuoso y fulgurante, emocionante que no emotivo, sensible que no sensiblero, pequeño por fuera y gigantesco en sus intenciones. Plantea Montiel la problemática y las limitaciones del relato en la modernidad. La dificultad de representar los retazos, los esbozos de una vida a lo largo del tiempo. Suerte de pinceladas impresionistas en las que las formas se confunden con el fondo, en las que los protagonistas se van difuminando como espíritus confundidos por los senderos sinuosos y quebradizos de la existencia. ¿Su mayor acierto en este sentido?, situar el guión en una especie de esfera metacognitiva en la que se muestra la pura desnudez y el esqueleto sincero de los propios protagonistas que se muestran a una nerviosa cámara como criaturas manejadas por el curso del relato. Si además añadimos una opción estética muy vital de texturas dispares según el eje temporal: brillantes en el pasado y más tenebristas en el tiempo presente.
Desde el punto de vista temático, Montiel elabora el discurso de su propia vida, resucitando los fantasmas de un pasado que supura una nostalgia venenosa, de dolor insufrible por la acción irresoluble de la deuda pretérita, de una afección insatisfecha y un amor verdadero nunca consumado. Las laberínticas galerías y los vericuetos terribles de las relaciones con los padres, con los amigos de siempre en el barrio, la novia, la violencia de un entorno desequilibrado, el arraigo y la identidad del barrio, los sueños del éxodo hacia una vida mejor fuera del gueto huyendo de la ¿utopía? feliz junto a los sufridos y amados hombres y mujeres de su vida.
En conjunto, Montiel ha realizado una de las películas más importantes de los últimos tiempos. Un filme que, sin caer en la onda melodramática, disecciona los errores que cometemos y lo mucho que hacemos sufrir a las personas que más amamos. Errores que, al fin, son irrecuperables. Tanto como el tiempo que se va, y aquellas palabras importantes que suspiramos y no dijimos, los abrazos y el calor que anhelamos y el vacío imposible de las perdidas. Cine tremendo e impresionante, radiografía de las afecciones y atlas de las heridas del corazón. Heridas que no tienen remedio por más guías que tengamos para reconocer nuestros santos.
FICHA TÉCNICA:
4 comentarios:
maravillosa Sr. Silverman, llorando lágrimas hasta los tobillos
algo increible seamos sinceros, ¿por qué duró tan poco en cartel?
Seguro Sr. Silverman, que en su ya dilatada trayectoria vital, se habrá dado cuenta de las dificultades inherentes a esta "larga y oscura travesía en el desierto" y que una buena manera de no perderse en este viaje laberíntico es ir "bien acompañado" de personas que le aprecien y le quieran como usted se merece...Hágame el favor, cuídese...La película, estupenda, por cierto...Un admirador de Doris Day
me alegra su comentario, saber que está bien. Ojalá podamos vernos pronto. En cuanto a la película es efectivamente una joyita bastante valiosa digna de verse y de obligada visión.
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