21 noviembre 2007

Un testigo, una voz...


Vio lo inimaginable. Presenció la desgracia más horrorosa que la humanidad haya concebido jamás. Y años después el eco de su voz resuena aún entre aquellos concienciados por lo que nunca debió acontecer. Para los que lo hemos leído se trata de un autor imprescindible. Para los que no lo conocen, el solo hecho de haberse encontrado en el escenario por excelencia del siglo XX lo convierte en referencia de obligado cumplimiento.
Se llamaba Primo Levi, era químico, y antes de Auschwitz era un hombre normal con los sueños e ilusiones propios de la condición humana. Después del "apocalipsis", cuando la noche llegó y el holocausto se convirtió en Historia viva. Entonces, Levi fue la voz, la implacable voz que dio el testimonio más vívido, directo e intenso del holocausto. Por sí mismo Levi, merece más de una tesis doctoral, por su experiencia, por su arte. Y aquí y ahora, quien esto escribe, que caminó por los campos de la muerte de Auschwitz, solamente desea recordar al menos sus enseñanzas. Quizás porque después del desastre seguimos sin aprender lo importante. Volveremos, por tanto, a revisar "Si esto es un hombre" de Primo Levi.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

si señor, algo espléndido. De obligada lectura para los niños

Anónimo dijo...

¿Podemos esperar sus fans algo sobre Fernán Gómez? Creo que se nos ha ido una leyenda.

Anónimo dijo...

Me gusta recalcar de vez en cuando la parada diaria diaria obligatoria por el espacio del señor Silverman...

Vienen buenos tiempos amigo, abrochemonos el cinturón de seguridad...

Un abrazo grande!

Anónimo dijo...

¿ Dónde está usted? ¿Se nos ha perdido Silverman?

Anónimo dijo...

¿HABRÁN SECUESTRADO LAS FARC A SILVERMAN?