27 diciembre 2007

Libros: "Las Benévolas" (2006) de Jonathan Littel


AQUELLO FUE HORRIBLE

Solamente una mente privilegiada capaz de captar lo más insignificante y a la vez lo más importante, podría concebir y escribir un libro de la complejidad exuberante de "Las Benévolas". Obra, como decía, de profundidad y a pesar de su corta edad (fenómeno literario y multipremiado en 2006) un clásico para la posteridad y las generaciones venideras necesitadas de buena literatura que trate de temas importantes. "Las Benévolas" del norteamericano Jonathan Littel cuenta la historia de un oficial de las SS (Maximilian Aue) a lo largo y ancho de la II Guerra Mundial, desde el apocalipsis del frente oriental hasta el Berlín ruinoso de 1945.
¿Qué aporta esta obra al conocimiento de los hechos históricos dejando aparte sus indudables virtudes literarias?. Nos aporta una ficción realista (o hiperrealista) que absorbe desde sus primeras palabras, absolutamente tremenda en su narración en primera persona pero para nada carente de rigor y documentación. El protagonista pudo existir o no, pero la realidad del escenario y del drama humano de la guerra es tan verídico que oimos su corazón(recordar el merito que tiene dar a conocer los acontecimientos del frente orienta bastante infravalorados por la historiografía oficial). Por si esto fuera poco, Littel expresa con maestría las profundas inquietudes que llevan a la alienación del individuo por la violencia. Indaga sobre las motivaciones del mal y los sueños y tentaciones del totalitarismo. Por tanto, el retrato de Littel sobre las mentalidades es digna de una tesis doctoral sobre la cuestión. Sabíamos que la II Guerra Mundial había sido horrible gracias a los libros, testimonios y peliculas, obras de arte, en fin, muchas de ellas memorables. Pero leyendo "Las Benévolas" (curioso título que hace alusión a nínfas de la mitología griega) tendremos la certeza de que aquello fue peor, que la humanidad tocó fondo, que nada fue igual después de aquello, y no me olvido, que a pesar de las cenizas aún humeantes de la barbarie subyace el sentimiento de que no hemos aprendido mucho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

fue peor que horrible.