07 febrero 2008

TV: Los Soprano (1999-07)


FAMILIAS

Hay poco que decir que no se haya dicho ya sobre la serie más prestigiosa y premiada de todos los tiempos. El show televisivo más innovador, la trama argumental mejor hilvanada, los más soberbios actores, la complejidad más dulce, la reivindicación más contundente. “Los Soprano” (1999-2007) son, sin lugar a dudas, un fenómeno que, objetivamente, puede abarcar más de una vida si uno se decide al análisis pormenorizado de cada uno de sus niveles de lectura a lo largo de sus algo más de 80 capítulos.
Asistimos fascinados a una obra magna, masiva y total. La historia del gangster Tony Soprano (James Gandolfini forever), sus dudas, filias y fobias para afrontar el desafío cotidiano de dirigir a sus dos “familias”: la biológica y la que la Omertá creó bajo pena de muerte. Esta combinación tan excitante ha servido para cimentar con lucidez extrema una obra que además de entretener no renunció nunca a la reflexión sobre las imágenes televisivas, la sociedad estadounidense contemporánea, la soledad del hombre, la muerte y la violencia entre otros temas.
Quizás la clave de su éxito haya residido en la capacidad de sus creadores (David Chase a la cabeza) para articular una serie de arcos arguméntales bien cohesionados en el devenir temporal sin renunciar a concebir cada episodio como una película con su propia autonomía y discurso. Además, su longevidad estuvo basada en la construcción de unos personajes “demasiado reales” que, a pesar de su rudeza y violencia, desbordan humanidad por todos sus poros, víctimas (¿inconscientes?) de la gran tragedia de la vida.
Cada episodio es un hallazgo estético y formal. Cada muerte hiperrrealista que se representa un golpe directo a la conciencia del espectador. Cada paso que se da, una mirada al abismo surrealista y mental por los sueños y miedos de unos personajes gastando la vida freneticamente. Cada imagen, un catálogo inexorable sobre el estado de la modernidad. En conclusión, “Los Soprano” han supuesto un punto de ruptura con todo lo realizado anteriormente. Nada volverá a ser igual. Ni siquiera el descenso al infierno particular de cada uno de sus personajes. Nunca la pantalla televisiva supuró tanta amargura y pesimismo. Y aunque parezca increíble la extrañaremos.

2 comentarios:

Diebelz dijo...

Pues si, sin duda alguna se echará de menos. Pero como obra impecable permanecerá presente y quien sabe si vuelven a resurgir en la pantalla un día.

Running is Life dijo...

yo ya la echo de menos y la he visto dos veces completita