22 marzo 2008

Cinema Revival (LXVII): La Pasión de Cristo (2004)



BARROCO VIOLENTO

El cine más grande suele nutrirse de las historias más pequeñas. Así ha sido a lo largo de sus algo más de cien años. Por el contrario, los relatos épicos más grandiosos y conocidos no han logrado una adaptación cinematográfica convincente. Esto también es verdad. Las aproximaciones que el cine ha realizado sobre la figura de Jesús de Nazaret han sido numerosas y de resultados artísticos desiguales. La satisfacción nunca es plena y quizás sea porque el cine sea incapaz, pese a la evolución de su lenguaje y a los adelantos técnicos, de aprehender lo que solo los textos evangélicos han podido: la vida de un hombre y la concepción de un Misterio.
“La Pasión de Cristo” (2004) de Mel Gibson está muy lejos de romper con esta tradición. Sin embargo, es un filme que se ha sobrevalorado y maltratado a partes iguales, porque su mensaje es demasiado importante. Se antepone la narración exhaustiva y fidedigna de los textos originales que a una representación atractiva de las imágenes. Si fuéramos capaces de abstraernos de toda la aureola religiosa, descubriríamos que el filme de Gibson es más que estimable. Impecablemente rodado, de un dominio visual absoluto producto de una fotografía excelente y una música inolvidable. Narrativamente muy fluida y con grandes recursos, manejando los tiempos dramáticos con gran sutileza. Sin duda también ayuda un elenco actoral espléndido en el que destacan Jim Caviezel, el mejor Jesús cinematográfico, y Maia Morgenstern.
Si dejamos el cine aparte, el filme puede ser más discutible pues su mensaje es complejo y abierto a todo tipo de interpretaciones. Gibson no puede negar su afección por los tormentos del nazareno y la violencia física que acompañó al hijo de Dios en su pasión (si es que así ocurrió). Podríamos decir (finamente) que opta por un revival extremo del barroco más siniestro para la degustación sustanciosa de los amantes de lo macabro. Esta galería de brutalidades que jalonan el via crucis del nazareno parece justificarse, no en los evangelios, sino en el texto de la religiosa agustina Ana Katharina Emmerich.
En conclusión, el filme se presta a la formulación infinita de preguntas. Tales como si es… ¿excesivamente violenta?, ¿infiel a la realidad?, ¿ultraconservadora? Difíciles respuestas. Su estreno vino acompañado de un tremendismo furibundo: muertes en las salas, conversiones por doquier, proyecciones en las iglesias y toda una campaña de marketing que (seguro) produjo suculentos ingresos. La realidad de la Pasión no la conoce nadie pues queda para la intrahistoria, pudo ser peor que lo que muestra Mel Gibson o pudo ser un juego de niños. Quién sabe. Ahora bien, no debemos obviar que esta película se ha erigido en el estandarte de un catolicismo de cruzada bastante conservador que maltrata el misterio pascual y sostiene que no redime el amor sino el dolor y el sufrimiento infinito que nos infringimos a nosotros mismos. Al cine lo que es del cine y a Dios lo que es de Dios.

FICHA TÉCNICA:

Dirección: Mel Gibson.País: USA.Año: 2004.Interpretación: James Caviezel (Jesús de Nazaret), Monica Bellucci (María Magdalena), Mattia Sbragia (Caifás), Claudia Gerini (Claudia Procles), Maia Morgenstern (María), Sergio Rubini (Dimas), Toni Bertorelli (Anás), Roberto Bestazzoni (Malchus), Francesco Cabras (Gesmas), Giovanni Capalbo (Cassius), Rosalinda Celentano (Satán), Francesco De Vito (Pedro), Luca Lionello (Judas).Guión: Mel Gibson y Benedict Fitzgerald.Producción: Mel Gibson, Bruce Davey y Stephen McEveety.Música: John Debney.Fotografía: Caleb Deschanel.Montaje: John Wright.Diseño de producción: Francesco Frigeri.Vestuario: Mauricio Millenotti.

1 comentario:

Anónimo dijo...

una pelicula lamentable