12 septiembre 2009

Cinema Revival (CII): Fresas salvajes (1957)


EL RINCÓN QUE SOÑAMOS


El cinéfilo empedernido sueña siempre con las situaciones más extremas y embarazosas. En dichas situaciones su cinefilia se pone en peligro, el cine se extingue por arte del Apocalipsis, hay que huir a algún refugio o isla remota y surge la gran cuestión. La pregunta trascendental: ¿Qué películas salvaríamos?, o lo que es lo mismo, ¿cuáles llevaríamos con nosotros para perpetuar hasta el fin nuestro más preciado vicio? La discusión se antoja apasionante y superaría con mucho las modestas intenciones de este texto. Sin embargo, si yo fuera ese cinéfilo serían pocos los títulos seleccionados (hay que aligerarse de peso), pero llevaría conmigo sin dudar un instante “Fresas salvajes” (1957) de Ingmar Bergman.
¿Cómo es posible y cuáles son las causas de tan audaz decisión? Creo que esta elección está claramente enfocada a que “Fresas salvajes” hace balance fiel y doloroso de lo que es la existencia humana. Bergman realiza un filme absolutamente magistral sobre la vejez, los recuerdos, lo que anhelamos siendo jóvenes, lo que nunca fue y así un sinfín de elementos y aspectos que conforman lo que conocemos como Vida. Ni más ni menos. Se muestra todo con sencillez y con una sentidísima sensibilidad. Y es que las cosas sencillas son las más difíciles y eso solo está al alcance de los genios.
La vida del viejo profesor pasa ante nuestros ojos como si fuera nuestra existencia. Bergman universaliza e intelectualiza las emociones dando rienda suelta a un torrente de imágenes que son la historia del viejo profesor y la historia del mundo entero (al menos de todos aquellos que han visto el filme, lo cual no es poco). ¿No soñamos alguna vez con nuestra propia muerte? ¿Con nuestro funeral? Pues así la vida de los protagonistas se va haciendo nuestra o mejor aún, nuestra vida se convierte en materia artística, sustancia humana, tragedia de carne y hueso, retazos existenciales, ilusiones y espíritus, alma y esencia de una modernidad en la que el hombre no encuentra el rumbo ni el sentido fundamental de su vida. La tragedia del siglo XX es para Ingmar Bergman la ausencia de Dios y el deseo de trascendencia, la diatriba entre el ser y el tener, el amor y el perdón, el conflicto inevitable y la necesaria reconciliación.
Por todos estos ingredientes tan importantes y toda esta complejidad tan difícil de combinar, “Fresas salvajes” es una Obra Maestra de la filmografía mundial. Patrimonio obligado para ver, revisar, estudiar y entender que con todas nuestras falsas ambiciones y delirios, en realidad, no somos más que un puñado de tristes recuerdos intentando en vano arreglar un pasado inmutable avanzando hacia el vacío. La visión es triste pero algo llevaremos dentro que nos redimirá de tanta desesperación. Bergman lo supo siempre.

FICHA TÉCNICA:

Título Oríginal: Smultronstället Año: 1957 Duración: 90 min. Director: Ingmar Bergman
Guión: Ingmar Bergman Música: Erik Nordgren Fotografía: Gunnar Fischer (B&W)
Reparto: Victor Sjöström, Bibi Andersson, Ingrid Thulin, Gunnar Björnstrand, Folke Sundquist, Björn Bjelvenstam, Naima Wifstrand, Julian Kindahl

1 comentario:

Beatriz de Bobadilla dijo...

Es una pelicula cautivadora y sensible. Sin embargo, siento no estar de acuerdo en llevármela como el Sr. Silverman a una isla desierta. Hay demasiadas películas donde elegir...