09 mayo 2008

SIN (MIS) PALABRAS:



1 comentario:

Running is Life dijo...

La infamia personificada por la utopía absurda de los asesinos. Hoy como ayer, Aldo Moro se erige en símbolo de cómo la política puede convertirse en veneno e infamia. Sus asesinos fueron unos hijos de puta pero tambiébn merece la pena no olvidar la pasividad del Estado italiano y de toda la Democracia Cristiana. Los cristianos como aquellos son los que prosperan y triunfan. Un asco.