04 julio 2008

Crítica de Cine (LXXVIII): Viaje a Darjeeling (2008)


INCOMPARABLE TRAVESÍA ESPIRITUAL

Tres hermanos buscan a la madre por un país tan inmenso y especial como es la India. Esto resulta, cuando menos, extraño y delirante. Y este delirio de travesía, de estar siempre en movimiento, es el eje narrativo central de esta incomparable “Viaje a Darjeeling” (2008) de Wes Anderson.
Conviene saber que este filme nos remite de entrada a un cortometraje del mismo cineasta. Una primera parte para ser visionada previamente al largo: “Hotel Chevalier” (2008). Una maravilla de doce minutos que ahonda en las mismas inquietudes y con los mismos personajes.
“Viaje a Darjeeling” es en apariencia una comedia, pero solo en apariencia. El periplo vital de estos tres hermanos es una metáfora triste (por ello lo de la comedia aparente) sobre la imposibilidad cierta de los hombres en su relación con lo sagrado, en esa conexión con ellos mismos y con sus seres queridos más allegados. ¿Cómo afrontar un relato así? Tal vez la respuesta sea que no haya relato y sí una atmósfera de especial densidad en el que se plantea una búsqueda interior a través del viaje físico y mental por una cultura tan antigua como desconocida. El deseo de reconciliación de tres individuos confusos pero entrañables.
Desean y quieren abrirse a lo trascendental, explorar lo desconocido tanto fuera (la cultura y religión hindú en toda su esencia) como dentro (qué fue de sus vidas y las causas de su severo distanciamiento). Sin embargo, su mirada es como el relato, algo irregular, inconstante, a veces tierna, a veces fría, comprometida pero frívola y es que en el fondo estos personajes nunca dejaron de ser nómadas dandis de la posmodernidad.
En cuanto a lo exclusivamente técnico y artístico, “Viaje a Darjeeling” es un filme de altos vuelos. Wes Anderson se destapa como un cineasta que confirma viejas promesas realizadas con filmes como “Life Aquatic” (2004). Anderson encuadra perfectamente y mueve la cámara con gran significatividad de forma panorámica buscando el ensanche de esos maravillosos encuadres. Diríamos que trata siempre de encontrar la clave de la escena fuera de campo. Señal de esta moderna y melancólica confusión y de esa humana incertidumbre que planea sobre todo el filme. Mención especial merece su dominio del espacio y sus travellings (tanto hacia delante como hacia atrás). Y por supuesto, cómo olvidar su banda sonora (elemento clave de la narración) y a un elenco actoral terriblemente bueno. Desde el depresivo y lleno de cicatrices Owen Wilson (había intentado suicidarse antes del rodaje), hasta el siempre convincente y maniático (en esta ocasión) Adrien Brody, pasando por un romántico y retorcido Jason Swartzman (también guionista del filme). Por tanto, un retrato auténtico y bien construido de complejidad y variedad psicológica.
Para terminar diré que “Viaje a Darjeeling” es una de esas joyas imprescindibles y contaditas que solo de cuando en cuando aparecen en la cartelera y sorprenden a los cinéfilos de a pie. Y es así no por nada, sino porque contiene la esencia desencantada de nuestros tiempos, la fascinante mirada sobre el hombre de hoy, sobre su hambre de Dios y su distanciamiento de todos los que le aman. Y que al fin, en medio de lo desconocido, reconoce lo que es realmente importante para su vida.
FICHA TÉCNICA:

Dirección: Wes Anderson.País: USA.Año: 2007.Duración: 91 min.Género: Comedia dramática.Interpretación: Owen Wilson (Francis), Adrien Brody (Peter), Jason Schwartzman (Jack), Anjelica Huston (Patricia), Amara Karan (Rita), Camilla Rutherford (Alice), Irrfan Khan (Padre del pueblo).Guión: Wes Anderson, Roman Coppola y Jason Schwartzman.Producción: Wes Anderson, Scott Rudin, Roman Coppola y Lydia Dean Pilcher.Fotografía: Robert Yeoman.Montaje: Andrew Weisblum.Diseño de producción: Mark Friedberg.Vestuario: Milena Canonero.

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