
MORIRSE ES GRATIS
Con el mismo descaro y desparpajo que en sus filmes anteriores “Bowling for Columbine” (2002) y “Fahrenheit 11/S” (2004), Michael Moore vuelve a la carga con otro mordaz y corrosivo documental: “Sicko” (2007). En esta ocasión Moore analiza las causas que han originado en los Estados Unidos la ausencia de un sistema sanitario universal y gratuito para todos sus ciudadanos. Tema éste de máxima actualidad, pese a que el filme se estrena tardíamente en nuestro país, debido al plan que el actual presidente estadounidense Barack Obama quiere ejecutar para lograr una sanidad pública de calidad en todo el país.
Las formulas de Moore son las mismas que le han encumbrado como cineasta y que le hicieron valedor de galardones tan preciados como el Oscar y la Palma de Oro de Cannes. Es decir, un descaro tremendo y el no andarse por las ramas. O lo que es lo mismo, ir directo al grano y llamar a cada cosa por su nombre mal que le pese a algunos. Es cierto que por momentos su estilo es algo panfletario, aunque honesto, utilizando imágenes de archivo y material propio. Y lo que es más importante, basado en datos rigurosos que sabe llevar muy bien a su terreno y al discurso que desea articular. En su defecto habría que decir que, con respecto a sus anteriores filmes, su presencia frente a la cámara como un protagonista más le resta seriedad a las situaciones y lo convierte en una suerte de bufonadas más o menos graciosas. ¿Exceso de megalomanía autoril?
Moore transita sin complejos por el submundo de los seguros médicos estadounidenses. Todas sus fallas y tropelías cuyo fin es ahorrarse un puñado de dólares en detrimento de la salud de sus abonados. Lo más curioso es que estos defectos se cobran la vida de millones de personas teóricamente protegidas (porque pagan religiosamente) en uno de los países más poderosos del mundo. Inmediatamente después cabe imaginarse cómo será la situación de los que no tienen derecho (por causas estrictamente económicas) a ningún tipo de cobertura sanitaria. Moore nos lo muestra también. Y no se queda ahí. Dirige su análisis hacia otros países (Reino Unido o Francia) en los que el sistema nacional de salud es gratuito y la máxima preocupación es el bienestar de sus ciudadanos sin mirar cuáles son sus ingresos. Las comparaciones son odiosas, sobre todo para todos aquellos (entre los que me incluyo) que tenemos la suerte de vivir en países orgullosos (aunque cada vez menos por desgracia) de sus servicios públicos y su “estado del bienestar”.
En conjunto “Sicko” es un documental francamente recomendable aunque peca de ciertos excesos. Básicamente (y como dije antes) los de su autor. A reseñar el final del filme en el que en su cruzada contra las aseguradoras médicas, lleva a varios damnificados del 11/S a Cuba para que los traten dignamente. Y no es que Michael Moore nos vaya a descubrir la calidad y virtudes de la sanidad cubana, que bien sabemos es buena (quizás el gran logro revolucionario). No, es que en su empeño por demostrar el darwinismo social y depredador que se practica en los EEUU (solo los ricos pueden aspirar a vivir con cierta calidad y a veces ni eso), Moore salta hacia el otro extremo. El de hacernos ver que en la dictadura de Fidel Castro se vive mejor que en los Estados Unidos. Y eso, al menos, puede ser discutible. Seguramente el debate sería largo y apasionado. Así que quizás lo mejor sería no caer enfermo jamás en los EEUU aunque claro, morirse es gratis y uno no elige dónde termina su destino.
Con el mismo descaro y desparpajo que en sus filmes anteriores “Bowling for Columbine” (2002) y “Fahrenheit 11/S” (2004), Michael Moore vuelve a la carga con otro mordaz y corrosivo documental: “Sicko” (2007). En esta ocasión Moore analiza las causas que han originado en los Estados Unidos la ausencia de un sistema sanitario universal y gratuito para todos sus ciudadanos. Tema éste de máxima actualidad, pese a que el filme se estrena tardíamente en nuestro país, debido al plan que el actual presidente estadounidense Barack Obama quiere ejecutar para lograr una sanidad pública de calidad en todo el país.
Las formulas de Moore son las mismas que le han encumbrado como cineasta y que le hicieron valedor de galardones tan preciados como el Oscar y la Palma de Oro de Cannes. Es decir, un descaro tremendo y el no andarse por las ramas. O lo que es lo mismo, ir directo al grano y llamar a cada cosa por su nombre mal que le pese a algunos. Es cierto que por momentos su estilo es algo panfletario, aunque honesto, utilizando imágenes de archivo y material propio. Y lo que es más importante, basado en datos rigurosos que sabe llevar muy bien a su terreno y al discurso que desea articular. En su defecto habría que decir que, con respecto a sus anteriores filmes, su presencia frente a la cámara como un protagonista más le resta seriedad a las situaciones y lo convierte en una suerte de bufonadas más o menos graciosas. ¿Exceso de megalomanía autoril?
Moore transita sin complejos por el submundo de los seguros médicos estadounidenses. Todas sus fallas y tropelías cuyo fin es ahorrarse un puñado de dólares en detrimento de la salud de sus abonados. Lo más curioso es que estos defectos se cobran la vida de millones de personas teóricamente protegidas (porque pagan religiosamente) en uno de los países más poderosos del mundo. Inmediatamente después cabe imaginarse cómo será la situación de los que no tienen derecho (por causas estrictamente económicas) a ningún tipo de cobertura sanitaria. Moore nos lo muestra también. Y no se queda ahí. Dirige su análisis hacia otros países (Reino Unido o Francia) en los que el sistema nacional de salud es gratuito y la máxima preocupación es el bienestar de sus ciudadanos sin mirar cuáles son sus ingresos. Las comparaciones son odiosas, sobre todo para todos aquellos (entre los que me incluyo) que tenemos la suerte de vivir en países orgullosos (aunque cada vez menos por desgracia) de sus servicios públicos y su “estado del bienestar”.
En conjunto “Sicko” es un documental francamente recomendable aunque peca de ciertos excesos. Básicamente (y como dije antes) los de su autor. A reseñar el final del filme en el que en su cruzada contra las aseguradoras médicas, lleva a varios damnificados del 11/S a Cuba para que los traten dignamente. Y no es que Michael Moore nos vaya a descubrir la calidad y virtudes de la sanidad cubana, que bien sabemos es buena (quizás el gran logro revolucionario). No, es que en su empeño por demostrar el darwinismo social y depredador que se practica en los EEUU (solo los ricos pueden aspirar a vivir con cierta calidad y a veces ni eso), Moore salta hacia el otro extremo. El de hacernos ver que en la dictadura de Fidel Castro se vive mejor que en los Estados Unidos. Y eso, al menos, puede ser discutible. Seguramente el debate sería largo y apasionado. Así que quizás lo mejor sería no caer enfermo jamás en los EEUU aunque claro, morirse es gratis y uno no elige dónde termina su destino.
FICHA TÉCNICA:
Dirección y guión: Michael Moore.País: USA.Año: 2007.Duración: 123 min.Género: Documental.Producción: Michael Moore y Meghan O'Hara.Música: Erin O'Hara Fotografía: Andrew Black.Montaje: Dan Swietlik, Geoffrey Richman y Christopher Seward.
1 comentario:
Me ha encantado la reflexión y la crítica del documental. Sin embargo, su opinión final de que morirse es gratis no la comparto por completo. Y todo el negocio que se monta tras la muerte: funerarias...? Ahora que si no te importa qué hacen contigo después de pasar por este mundo entonces si que es gratis.
Publicar un comentario