20 septiembre 2009

Crítica de cine (CVIII): Let´s get lost (1988)


ETERNA BELLEZA

Chet Baker es uno de los grandes iconos del jazz. Mucho se ha escrito sobre su tortuosa existencia y su magna obra. Su auge como el gran efebo del cool en los años 50 y 60, hasta su caida (nunca mejor dicho) desde la habitación de un hotel en Amsterdam, forman parte de la leyenda de la música. En "Let´s get lost" (1988), filme recuperado para la pantalla grande más de veinte años después de su estreno, el afamado fotógrafo Bruce Webber ensalza la indómita figura de un músico irrepetible, del mito que siempre fue jóven aunque las drogas lo estuvieran envenenando. Una sombra que encierra como ninguna la pasión y la belleza eterna de la vida humana con toda la intensidad, el dolor y la agonía que eso conlleva.
No es un biopic al uso. Ni falta que hace. No hay un análisis riguroso del contexto ni de la ruptura de Baker en el mundo del jazz. Si no conocemos al protagonista (cosa harto díficil) intuiremos todo a través de las imágenes de archivo y las entrevistas que se suceden. En el fondo, la intención de Webber, por otro lado honesta, es adorar a Chet Baker. ¿Mitomanía? Seguramente, pero diseccionar y explicar (con imágenes) el aura del mito y su capacidad para transformar la realidad a través de la música creando atmósferas de etérea inmortalidad en el mundo de los vivos es de una desequilibrada lucidez. Todo lo que representa y simboliza Baker trasciende hacia el infinito. Lo demás es accesorio y trivial. Un filme radical, un arriesgado tour de force recomendado para todos aquellos que una vez nos perdimos (tal y como reza el título) en los acordes de una dulce (la más dulce) trompeta.

FICHA TÉCNICA:

Dirección: Bruce Weber. País: USA. Año: 1988. Duración: 119 min. Género: Documental, musical. Intervenciones: Chet Baker, Carol Baker, Vera Baker, Dick Bock, Paul Baker, William Claxton, Flea, Chris Isaak, Lisa Marie, Andy Minsker, Jack Sheldon. Producción: Bruce Weber. Fotografía: Jeff Preiss. Montaje: Angela Corrao

2 comentarios:

Anónimo dijo...

brutal

annie dijo...

lirismo puro y se ve que esos acordes le han hecho transportarse a mundos totalmente lejanos y felices