MEMORIA Y CASTIGO
En muchos de los maravillosos libros de Jorge Luis Borges, "El aleph" por ejemplo, se trata de explorar el territorio de las ficciones a través de contextos absolutamente reales (también hizo el viaje a la inversa, aunque esa es otra crítica) y a partir de ahí, reflexionar sobre la condición humana y sus contradicciones. Borges, que escribía bien y además llegó a descifrar en su vida los sortilegios de la mejor literatura, supo como nadie atravesar los pliegues y enrevesadas dimensiones de la creación y la fantasía hasta alcanzar la inmortalidad. Respetando la distancia y siendo respetuosos con cualquier comparación, el último filme de Juan José Campanella "El secreto de sus ojos" (2009) indaga en esas cuestiones esenciales a la vez que muestra un interesante retrato sobre la setentera Argentina previa al canallesco y archifamoso Proceso de Reorganización Nacional (1976-83). Una dictadura militar de la peor calaña cuyas huellas permanecen aún hoy en la sociedad argentina.
Es curioso pero el filme de Campanella no es sobre la Dictadura ni sobre sus víctimas. Es un filme policial en el que la Historia es el espectro que nunca se va. El pensamiento controvertido sobre la ley y el castigo. Los hechos violentos y sus consecuencias. El amor perdido que el tiempo no supera. Una suerte de suspense bien hilado y entrelazado que cronológicamente se sitúa en aquellos días terribles y aunque el contexto tiene una cierta importancia en la trama, no es menos cierto que no es su intención documentar ni denunciar la infamia de la oscuridad.
"El secreto de sus ojos" es un digno de heredero de la novela oríginal de Eduardo Sacheri "La pregunta de sus ojos". Es un guión brillante, emotivo e ingenioso. Con una calidad literaria innegable y una medición de los tiempos, de la narración y el drama realmente buenas.
Campanella hereda la oscuridad de Sacheri, es un filme más afectado y pesimista que cualquiera de los realizados por el cineasta argentino antes. La textura de la imagen, la compleja puesta en escena, el distanciamiento y la profundidad de campo, el minucioso estudio de las composiciones en el cuadro, componen un filme intenso. Hay que añadir que el elenco actoral aporta un salto de calidad. Desde Ricardo Darín, con una caracterización realmente magistral, pasando por Soledad Villamil y un grupo de secundarios excepcional.
Sin embargo, el conjunto, aunque tenebroso, carece del realismo duro y la crueldad de las tramas policiales de Ricardo Piglia (por poner un ejemplo de un escritor argentino también llevado al cine). Los personajes de Piglia sudan la marginalidad y son como es la realidad y el mundo. Campanella y Sacheri, por otro lado, dotan a los suyos de licencias para escupir poesía y romanticismo a ratos. Siendo el trasfondo histórico absolutamente verídico, el filme se acerca, después de multiples vaivenes por los recovecos de la memoria, a una variación sui generis del "Crimen y Castigo" de Dostoievski pasado por el tamiz del realismo mágico latinoamericano a lo García Marquez o Isabel Allende.
No nos engañemos, tanta referencia literaria, tanto guiño y tanto lirismo inconcluso, no nos remiten a una Obra Maestra. Ni mucho menos. "El secreto de sus ojos" es un filme estimable eclipsado por su fidelidad literaria sobre la antesala de la tragedia. Grises tonalidades que tiñen de amargura las naciones cuando se impone la sinrazón y no hay un valiente que sea capaz de levantar cabeza. Como se suele decir y aunque suene a tópico: "buena película, pero mejor es el libro". Y eso que no me lo he leído (todavía).
FICHA TÉCNICA:
Dirección: Juan José Campanella. Países: Argentina y España. Año: 2009. Duración: 129 min. Género: Drama. Interpretación: Ricardo Darín (Benjamín Espósito), Soledad Villamil (Irene Menéndez), Pablo Rago (Ricardo Morales), Javier Godino (Isidoro Gómez), Guillermo Francella (Sandoval). Guión: Eduardo Sacheri y Juan José Campanella; basado en la novela “La pregunta de sus ojos” de Eduardo Sacheri. Producción: Gerardo Herrero, Mariela Besuievsky y Juan José Campanella. Música: Federico Jusid. Fotografía: Félix Monti. Montaje: Juan José Campanella. Dirección artística: Marcelo Pont. Vestuario: Cecilia Monti.
3 comentarios:
me emocionó, creo que es de lo mejor en los últimos tiempos. A pesar de todo coincido con usted
para nada de acuerdo
como siempre sentando catedra jejejeje
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