30 septiembre 2010

La Huelga


Dicen que la huega está
desfasada
muerta
aburrida,
que es un
anacronismo
radicalismo
divertimento
para liberados y parados.

La unica atrocidad (creo yo)
de una huelga
reside en no escuchar
los lamentos de la mayoría
desfavorecida.
En no hacer
posible
lo necesario.
¿No es eso lo que llamamos
sutilmente política?
Tal vez sirva de mucho
o no sirva de nada.
Estoy de acuerdo
totalmente con Víctor Hugo ("El cadáver por el suelo y la idea de pie")
y con Bertolt Brecht ("quién lucha puede perder, quién no lucha ya ha perdido").

Y además, quién tiene la autoridad
para quitarme mi coherencia
y mis ganas de soñar.
Quién demonios osa robarme
mi derecho a patalear
a hacer ruido
a gritar
a mostrar mi rabia
y mi inconformismo.

Si la huelga sirve
o no sirve
lo decido yo mismo.
Nadie más.
Al menos un día
podré decirle a mi hijo
con orgullo
que su padre salió a la calle
decidido y sin dudas
en los días más díficiles que se recuerdan
para que su generación pudiera vivir
en condiciones dignas de su tiempo.
Digo más,
podré decir
que elegí una jornada del calendario
para perder
y aprender de la derrota.
¡Menudo tesoro!

Y partiendo de esa premisa
que muchos han olvidado
comodamente
instalados
y anestesiados
en la trivialidad,
en el triunfo
y la nada
ninguna huelga,
ningún acto similar
puede ser un error.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Así se habla joder!!!!!

Beatriz de Bobadilla dijo...

Para quitarse el sombrero!!!!!!!!!

Diebelz dijo...

Eso digo yo, Beatriz: para quitarse el sombrero! Chapeau por este manifiesto claro, candente, necesario.

Koichi dijo...

Me sumo a la mayoría. CHAPEAU!!!!!!
sIGUE USTED REBOSANDO ESE IZQUIERDISMO IDEALISTA TAN RICO

Anónimo dijo...

Con dos cojones y ole