Derry/Londonderry a 16 de agosto de 2010
Estimado Amigo:
No he podido resistir la tentación de escribirte en este día (el primero) lluvioso desde esta ciudad de cuyo nombre es imposible olvidarse, pues tiene doble denominación según sea tu credo religioso o político. Ya sabes, tal y como te conté en mi carta anterior, los “problemas” que no cesan y que aquí son más notables por muchos motivos. Desde los conflictos religiosos del siglo XVII con Guillermo de Orange hasta la Batalla del Bogside (1969) o el Domingo Sangriento (1972). No podemos negarlo, aunque hoy ha llovido mucho, huele a sangre en estas calles.
Te confesaré que ha sido una jornada realmente emocionante porque las huellas del conflicto norirlandés aquí son tan palpables que solo falta que las paredes y las calles derramen lágrimas. Y no es una exageración. Aunque al mismo tiempo, es el lugar adecuado para comprender con calma el conflicto (o volverte más loco, nunca se sabe).
Primeramente, hemos recorrido el histórico Londonderry intramuros, de tradición protestante e influencia claramente británica. Esta parte de la ciudad mantiene su fisonomía original de fortificación contra los invasores externos. En ese sentido nada ha cambiado, sus habitantes actuales se sienten acosados por los ciudadanos de extramuros, mayoritariamente católicos republicanos (provenientes del Bogside). Me ha gustado lo bien que tienen cuidado todo su patrimonio, la exaltación de su historia y sus costumbres. En cada esquina podías encontrarte a algún voluntario de la comunidad dispuesto a explicarte lo que quisieras de cualquier iglesia, museo o cementerio. Y aún más, hemos visto en algunos recovecos de la muralla, a muchos de ellos caracterizados como personajes del siglo XVII haciendo representaciones o bailando danzas tradicionales. La verdad que ha sido una delicia.
Muy cerca de “la puerta del obispo”, cuando nos disponíamos a salir hacia el Bogside, nos hemos desviado hacia la Heritage Tower. Es una especie de museo particular que regenta William Jackson. Dentro de esta torre del siglo XVII, William (un tipo bastante afable con el que se puede hablar aunque sea un poco fanático) con el permiso del ayuntamiento ha colocado piezas, todas ellas relacionadas con todos los conflictos bélicos en los que se ha encontrado el ejército británico. Su linaje militar y el afán de su padre por todos estos objetos, desde insignias a cascos y uniformes, pasando por fusiles, fotos y todo tipo de enseres de campaña (desde el victoriano siglo XIX a la actualidad), aportan a este pequeño museo un aroma apolillado pero curioso.
Después hemos ido hacia el Bogside, hacia la zona libre de Derry (Free Derry). Hemos callejeado viendo los mejores murales políticos de toda Irlanda del Norte y hemos reflexionado sobre los tristes hechos que en esas mismas aceras acontecieron no hace tanto tiempo. Me refiero sobre todo al Domingo Sangriento de 1972 . Es díficil de entender cómo por estas calles patrullaba el ejército británico ejerciendo una opresión sin precedentes en la historia de un país desarrollado. Catorce víctimas mortales son la prueba palpable de la barbarie.
Al final de la calle hemos alcanzado, casi por casualidad, el Museo de los Derechos Civiles de Derry. Es un pequeño museo que regenta Joe Kelly, el cual resulta ser anfitrión exquísito. Nos trata como si aquella fuera nuestra casa. Y además, nos explica con gran conocimiento y deleite todos los acontecimientos históricos que han sembrado Derrry de violencia. Defiende fervientemente la causa católica y además está orgulloso de su comunidad y de todos los proyectos educativos y comunales que están llevando a cabo. Por primera vez, al escucharle hablar siento ganas de ser nacionalista y ver cómo te puedes sentir cuando te envuelves con una bandera. Aunque este deseo se difumina rápido cuando llegamos a una vitrina en la que se muestra una chaqueta agujereada. Joe certifica que son impactos de bala. Los que recibió su hermano Michael, de 17 años, en el Domingo Sangriento. Ahí te quedas mudo porque las palabras carecen de sentido y comprendes qué empuja a un hombre a sostener los estandartes de una causa determinada.
Muy tristes aunque esperanzados porque el futuro pueda ser mejor para esta tierra decidimos volver a Belfast. No deja de llover en Derry y va a tardar en dejar de hacerlo.
Se despide tu amigo
JOSEPH SILVERMAN
5 comentarios:
Espero que lo disdrutéis como yo hice y no perdáis la oportunidad de ver el video. Merece la pena.
Me permito decirte de corazón que es entrañable y auténtico a pesar de su dureza.
pedazo de video!!!! y pedazo de post!!!!!
Uff...lo que dice anónimo es cierto:¡pedazo post! ¿Cuándo escampará el deseo de coser aquellos agujeros que te dejan sin palabras? Sinceramente, todo un lujazo leer estas cartas y ver, oír, esta canción de U2...
GraciAS Y sí, fue una experiencia muy bonita.
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