20 octubre 2010

Crítica de Cine (CXXXII): Tetro (2009)



HERMANÍSIMOS

Es bien conocida la afección de Francis Ford Coppola por mostrar en su cine todo lo relacionado con los vínculos y lazos familiares, sus orígenes y evolución histórica. Con el tiempo, a lo largo de una extensa filmografía, el cineasta italo-americano ha diseccionado como nadie los entresijos, vericuetos, gozos, dilemas, traumas, agonías y alegrías del parentesco y la consanguinidad. No hay más que recordar cómo trató más directamente este tema en la trilogía de “El Padrino” o en filmes como “Rebeldes” (1983) o “La ley de la calle” (1983). Ahora, “Tetro” (2009) es su última incursión cinematográfica y seguramente, su penúltimo intento por desvelar los secretos que celosamente producen los entornos familiares y el juego que de ellos puede derivarse y desprenderse.
“Tetro” no se parece en nada al Coppola legendario, y sí mantiene lazos comunes con esta última etapa creadora que se inicia con su película anterior “Youth without youth” (2007). Nexos y consonancias en cuanto a que éste (al igual que aquel) es un filme pequeño, casi minimalista desde todas y cada una de sus vertientes. Con un envoltorio modesto, aunque luego encierre más complejidad y trascendencia que la mayor parte del cine americano que se produce actualmente. Desde las escasas localizaciones, los elementos narrativos y dramatúrgicos reducidos a la máxima emoción, adelgazados y desprovistos de cualquier adorno. Pocos personajes soportando la trama, tratando de contar por enésima vez la historia de los hermanos que se han alejado por causa de problemas pretéritos. Reinventar y "re-imaginar" otra vez el relato fundacional de Caín y Abel. Pero... ¿es “Tetro” realmente eso, un intento más de crónica familiar, de trasgresión bíblica?
Probablemente no. Creo que “Tetro” es, quizás la antítesis de esa aspiración. Intenta contar algo que este tiempo indeciso y escéptico ya no permite. La utopía de la reconstrucción de los dramas familiares. Plantea con genio la imposibilidad de rehacer el árbol genealógico, de reformar la obra literaria que persigue al hermano maldito eclipsado por el padre prodigioso y soberbio. El cuestionamiento, en fin, de cómo se puede representar en el siglo XXI el amor perdido entre hermanos. La modernidad quiebra el relato, fragmenta el tiempo y rompe la Historia dejando un hombre confuso.
Conforme vemos el filme nos damos cuenta que la importancia de “Tetro” radica (más) en el poderío de sus imágenes. Porque es ahí, en sus imágenes, donde se muestra más compleja y con una planificación técnica soberbia. Tanto desde la puesta en escena como en la exploración que se hace de los encuadres y el uso del blanco y negro (para el momento presente) y el color (para los flash-back). Sin olvidar la experimentación, con la que Coppola parece disfrutar mucho, sobre diferentes texturas y saturaciones gracias al uso de diferentes cámaras.
Para finalizar habrá que afirmar que con “Tetro” Coppola emprende un camino nuevo y refrescante. Parece que el maestro busca, ahora más que nunca, un cine que le haga feliz y que colme sus anhelos artísticos antes del fin. Se diría que este tipo de filmes son los que siempre quiso hacer (y es mucho decir) para reconciliarse con un cine de arte más moderno y europeo. Y como la mayoría de los grandes maestros del cine del viejo continente (véanse a Rohmer o Chabrol ya difuntos así como otros muchos: Wajda, Angelopoulos, Rivette, Oliveira, etc.) les une la coherencia y la honestidad con una obra que ganó en sustancia y atrevimiento a medida que se ampliaba la filmografía y la longevidad. Al final lo vital de “Tetro” no es tanto lo que se dice sino cómo se dice. Y lo que dice suena joven y moderno pese a que en el trasfondo resuenen los ecos atávicos y trágicos de un cine (y un tiempo) que ya no volverá.

FICHA TÉCNICA:

Dirección y guión: Francis Ford Coppola. Países: USA, Argentina, España e Italia.
Año: 2009.Género: Drama.Interpretación: Vincent Gallo (Tetro), Alden Ehrenreich (Bennie), Maribel Verdú (Miranda), Silvia Pérez (Silvana), Rodrigo de la Serna (José), Erica Rivas (Ana), Mike Amigorena (Abelardo), Adriana Mastrángelo (Ángela), Klaus Maria Brandauer (Carlo Tetrocini), Leticia Brédice (Josefina), Carmen Maura, Francesca De Sapio (Amalia).Producción: Francis Ford Coppola.Música: Osvaldo Golijov. Fotografía: Mihai Malaimare Jr.Montaje: Walter Murch.Diseño de producción: Sebastián Orgambide.Vestuario: Cecilia Monti.

1 comentario:

Koichi dijo...

Ahí está la disyuntiva y el eterno debate. Sin libertad total hizo obras maestras y ahora...