29 diciembre 2010

Crítica de Cine (CXXXV): Balada triste de trompeta (2010)



SI EL CIRCO ERA ESPAÑA

Se podría decir que “Balada triste de trompeta” (2010) de Alex De la Iglesia es un ejemplo contemporáneo del esperpento creado por Valle-Inclán filtrado por la imaginación de Tarantino. Para ser más exactos diríamos un esperpento tarantiniano contemporáneo que tiende hacia la abstracción por el descontrol, la violencia extrema y lo inverosímil del conjunto. Como en “Luces de bohemia”, “Balada triste de trompeta” representa lo grotesco, lo absurdo y lo irracional tratando de denunciar miserias e injusticias en un determinado momento de la Historia. Aunque en el fondo, las consonancias con la literatura de Valle-Inclán y el cine de Tarantino tienen que ver más con la forma que con el fondo. Media un abismo entre Tarantino y De la Iglesia.
Sobra decir que a tenor del guión de este filme (más cercano a la caricatura) cualquier comparación literaria resultaría sencillamente absurda. Es evidente que De la Iglesia parte de una propuesta atractiva y un puñado de metáforas validas para relacionar su relato con la Historia de España. La introducción del circo, su mundo, su impacto social y visual le sirve para intentar mostrar una nueva versión del cuento de “La bella y la bestia” a tres bandas mientras los verdaderos payasos entraban en escena tal día como un 18 de julio de 1936 manteniendo la atracción casi cuatro décadas. Aún hoy seguimos sin verle la gracia al asunto.
Y aunque repito, el punto de partida es interesante, el guión y el ritmo desigual del filme hacen difícil mantener las dos tramas (el cuento y la Historia oficial) de forma paralelamente unidas. Los excesos del amour fou, la impulsividad y unas lamentables lagunas en ciertos diálogos hunden por completo esta “Balada triste de trompeta”. Y aunque exhibe ciertos momentos memorables, como la aparición del dictador en una de sus cacerías, la utilización de la canción de Ráphael en la que se inspira el título del filme para una escena tipo “Pulp Fiction” y el final en el Valle de los Caidos, el conjunto no termina de convencer.
No todo son defectos, De la Iglesia demuestra ser conocedor de la historia del audiovisual español y no duda en brindarnos un viaje nostálgico hacia los hitos informativos de aquel periodo infame. Es de valorar, pero reiteramos una vez más que al contrario que el cine de Quentin Tarantino, “Balada triste de trompeta” carece de esa lógica interna, de la vertebración casi perfecta de todos y cada uno de sus elementos (bagajes, homenajes, reciclajes) para luego explotar en un clímax antológico (de paz o de violencia). ¿Alguna otra virtud? Recordarnos, y no está nunca de más, que aún no hemos hecho las paces con nuestro pasado, que la situación de crisis estructural y doliente que vivimos podría resucitar fantasmas que nunca murieron del todo y que si al final de todo, el circo de este filme, conforma la irremediable España gris, todo terminará sin tener puta gracia.

FICHA TÉCNICA:

Dirección y guión:
Álex de la Iglesia. Países: España y Francia. Año: 2010. Duración: 108 min. Género: Comedia dramática. Interpretación: Carlos Areces (Javier), Carolina Bang (Natalia), Antonio de la Torre (Sergio), Manuel Tallafé (Ramiro), Fernando Guillén Cuervo (capitán miliciano), Enrique Villén (Andrés), Santiago Segura (padre del payaso tonto), Sancho Gracia (coronel Salcedo), Juan Luis Galiardo (Ring Master), Manuel Tejada (jefe de pista), Gracia Olayo (Sonsoles). Producción: Gerado Herrero y Mariela Besuievsky. Música: Roque Baños. Fotografía: Kiko de la Rica. Montaje: Alejandro Lázaro. Diseño de producción: Eduardo Hidalgo. Vestuario: Paco Delgado

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