PURA ADRENALINA
Los que seguimos y degustamos (pese a los últimos tropiezos) el cine de Oliver Stone desde sus inicios, convendremos en afirmar si repasamos su ya dilatada filmografía, que hay una cierta obsesión por diseccionar la Historia (con mayúsculas) de los Estados Unidos. Esta constante no es superficial. El cineasta estadounidense no solo ha sido capaz de retratar con realismo crítico acontecimientos históricos como en “Platoon” (1984) o “Nixon” (1995), sino que además nos ha mostrado su soltura para moverse, partiendo de hechos verídicos, en lo que podríamos llamar Metahistoria o Documento-ficción; véase “JFK, caso abierto” (1991).
Sin embargo, en “Asesinos Natos”, Stone abandona su rol de cronista de la Histoire Evenenmentiel para recorrer géneros históricos más escabrosos y delicados: todos aquellos que se refieren a la cultura y las mentalidades. Con una historia de Quentin Tarantino (ya avisaba el amigo de sus inquietudes) sobre una pareja de Serial Killers, Stone nos propone una disección, quizás como nunca se haya visto en el cine contemporáneo, sobre los mecanismos que conducen al ser humano hacia la violencia. El análisis en forma de Road Movie en su primera parte y de filme carcelario en la segunda, es un viaje alucinante por los altares de la iconografía de la violenta subcultura norteamericana, con estética ecléctica y posmoderna: desde el ritmo de videoclip, la utilización narrativa de los temas musicales, la cultura televisiva (la telebasura, las Sitcom), la publicidad, el cómic, su radical experimentación cromática y referentes cinematográficos transgresores (si de violencia explícita hablamos) como “Grupo Salvaje”(1969) de Sam Peckimpah o “Scarface”(1983) de Brian de Palma.
Lo que a simple vista podría ser un pastiche. En manos de Oliver Stone, es un torrente de imágenes en forma de discurso absolutamente lúcido y riguroso, que trata de situar la fuente originaria de los impulsos violentos en aspectos tales como la infancia y la familia, la influencia nefasta de la televisión y en especial de unos medios de comunicación irresponsables para con sus audiencias. Sin olvidar mostrar la ambigüedad emocional del americano medio, mezcla de adoración y miedo, por aquellos individuos que roban y matan. En fin, aquellos capaces de superar los limites éticos de la convivencia. Es éste un viejo tema del cine, valgan dos referencias clásicas de culto como “Bonny y Clyde”(1967) de Arthur Penn y “Malas Tierras”(1973) de Terrence Mallick, sin olvidar propuestas nuevas con trasfondo semejante como "Doom Generation" (1995) de Greg Araki.
En conclusión, si el hombre es el mayor depredador sobre la tierra, ¿es lícito que también cace a otros hombres?, ¿es el hombre bueno por naturaleza o es un lobo para el hombre?, ¿nacemos o nos hacemos violentos? Estas son algunos de los interrogantes que salpican esta película. Stone no responde, solo muestra la brutalidad de la que es capaz el género humano. Nos encontramos ante un filme trepidante, muy complejo, ambicioso, incomodo también, pero necesario. El espectador que reflexione.
FICHA TÉCNICA:
Los que seguimos y degustamos (pese a los últimos tropiezos) el cine de Oliver Stone desde sus inicios, convendremos en afirmar si repasamos su ya dilatada filmografía, que hay una cierta obsesión por diseccionar la Historia (con mayúsculas) de los Estados Unidos. Esta constante no es superficial. El cineasta estadounidense no solo ha sido capaz de retratar con realismo crítico acontecimientos históricos como en “Platoon” (1984) o “Nixon” (1995), sino que además nos ha mostrado su soltura para moverse, partiendo de hechos verídicos, en lo que podríamos llamar Metahistoria o Documento-ficción; véase “JFK, caso abierto” (1991).
Sin embargo, en “Asesinos Natos”, Stone abandona su rol de cronista de la Histoire Evenenmentiel para recorrer géneros históricos más escabrosos y delicados: todos aquellos que se refieren a la cultura y las mentalidades. Con una historia de Quentin Tarantino (ya avisaba el amigo de sus inquietudes) sobre una pareja de Serial Killers, Stone nos propone una disección, quizás como nunca se haya visto en el cine contemporáneo, sobre los mecanismos que conducen al ser humano hacia la violencia. El análisis en forma de Road Movie en su primera parte y de filme carcelario en la segunda, es un viaje alucinante por los altares de la iconografía de la violenta subcultura norteamericana, con estética ecléctica y posmoderna: desde el ritmo de videoclip, la utilización narrativa de los temas musicales, la cultura televisiva (la telebasura, las Sitcom), la publicidad, el cómic, su radical experimentación cromática y referentes cinematográficos transgresores (si de violencia explícita hablamos) como “Grupo Salvaje”(1969) de Sam Peckimpah o “Scarface”(1983) de Brian de Palma.
Lo que a simple vista podría ser un pastiche. En manos de Oliver Stone, es un torrente de imágenes en forma de discurso absolutamente lúcido y riguroso, que trata de situar la fuente originaria de los impulsos violentos en aspectos tales como la infancia y la familia, la influencia nefasta de la televisión y en especial de unos medios de comunicación irresponsables para con sus audiencias. Sin olvidar mostrar la ambigüedad emocional del americano medio, mezcla de adoración y miedo, por aquellos individuos que roban y matan. En fin, aquellos capaces de superar los limites éticos de la convivencia. Es éste un viejo tema del cine, valgan dos referencias clásicas de culto como “Bonny y Clyde”(1967) de Arthur Penn y “Malas Tierras”(1973) de Terrence Mallick, sin olvidar propuestas nuevas con trasfondo semejante como "Doom Generation" (1995) de Greg Araki.
En conclusión, si el hombre es el mayor depredador sobre la tierra, ¿es lícito que también cace a otros hombres?, ¿es el hombre bueno por naturaleza o es un lobo para el hombre?, ¿nacemos o nos hacemos violentos? Estas son algunos de los interrogantes que salpican esta película. Stone no responde, solo muestra la brutalidad de la que es capaz el género humano. Nos encontramos ante un filme trepidante, muy complejo, ambicioso, incomodo también, pero necesario. El espectador que reflexione.
FICHA TÉCNICA:
Géneros: Dramas, Acción Actores: Woody Harrelson, Juliette Lewis, Robert Downey Jr., Tommy Lee Jones, Tom Sizemore Director: Oliver Stone Distr.: Warner Bros. Entertainment
No hay comentarios:
Publicar un comentario