22 octubre 2006

EDUCACIÓN: Problemas de discíplina y aprendizaje (y III)


Otro factor clave para poder afrontar los problemas de aprendizaje y de disciplina es la vertebración del tejido social y comunitario. Una atención educativa adecuada en la comunidad intentará “prevenir, evitar el desarraigo del menor de su ambiente, y explotar al máximo los recursos socioeducativos existentes en el propio entorno, sin dejar de lado la atención precoz ni la inserción social” (Vega Fuente; A. 2003:458). Como aseguraba recientemente José Adolfo García Roldán, Presidente de la Asociación de Inspectores educativos de Andalucía: “en la escuela se proyectan los mismos problemas que hay en la sociedad; hay una crisis de valores en la sociedad y eso se traslada a los centros educativos" (El País 21-02-2006). Así, se hace necesario una coordinación real, que no teórica, entre las autoridades e instituciones educativas y sociales. Desde la provisión de servicios generales (centros de salud, espacios de ocio y esparcimiento y la propia escuela) hasta los más específicos (servicios específicos de menores, centros de acogida, trabajadores sociales, equipos de zona, etc.). Estos últimos servicios deben proveerse en la medida en que son necesarios. Para ello, es indispensable la realización de un estudio riguroso (a nivel de las Comunidades Autónomas o instituciones provinciales como Diputaciones o Cabildos) que recoja las necesidades y deficiencias de los diferentes distritos educativos, así como sus particularidades. A partir de esas necesidades, planificar y prever a medio y largo plazo conjuntamente con las autoridades educativas. Éstas podrán ofrecer toda la información necesaria sobre los alumnos con Necesidades Educativas Especiales (NEE) y su problemática específica a un nivel de concreción más individualizado y específico. Este enfoque comunitario apuesta decididamente por romper “con los esquemas tradicionales terapéuticos y clínicos en los que se han inspirado los servicios sociales públicos y privados, donde el etiquetaje previo ha resultado altamente excluyente” (Vega Fuente; A. 2003:462). Y es esa exclusión un valor negativo todavía existente que hay que desechar. Solamente con una mentalidad diferente basado en una comunicación fluida “en red” mediante “profesionales y voluntariado, junto con las poblaciones interesadas, intercambian opiniones y recursos con el fin de potenciar al máximo la solución de unos problemas que han sido conjuntamente objetivados” (Vega Fuente; A. 2003:494). A la comunicación debe añadirse la solidaridad y la “preocupación por el otro” (Vega Fuente; A. 2003:495) para un desarrollo sostenible con calidad de vida para todos.
En relación misma con la vertebración social de la comunidad y el entorno escolar, se encuentra la formación de equipos profesionales y multidisciplinares en cada distrito escolar formados por psicólogos, psicopedagogos, médicos, fisioterapeutas, trabajadores sociales, técnicos deportivos y de ocio, etc. Estos equipos trabajarían desde la escuela y “con” la escuela para prevenir e intervenir en los problemas de disciplina y otorgar el apoyo necesario y las medidas para paliar los problemas de aprendizaje.
Finalmente, es vital establecer una serie de medidas desde la escuela. La escuela, por supuesto, debe seguir siendo una institución de anhelos integradores “que educa desde la diversidad y en la diversidad” (Muntaner, J.J., 2001:65). Que educa teniendo en cuenta la particularidad e individualidad de cada alumno, más allá de sus dificultades y problemas, y más allá de su condición económica o cultural porque “no hay nada más injusto que tratar igual a quienes son desiguales” (Milani, L. en Tiana, A. et al. 2002:318).
Estas medidas a ejecutar en el terreno escolar no difieren en demasía de las que actualmente están en funcionamiento. Lo que realmente hay que reivindicar es el compromiso y la toma de decisiones en esa dirección. Por un lado, los denominados “documentos de planificación”que actuarán como guía para profesores y personal de apoyo. Dentro de estos documentos, las Adaptaciones Curriculares Individuales (ACI) deben seguir siendo, como hasta ahora, un elemento imprescindible con el que afrontar y articular un proceso de enseñanza-aprendizaje adecuado como “estrategia de planificación y actuación docente” (Sánchez Sainz, M. 2003:357).

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Cómo dominas la cuestión Joseph! no tengo palabras.