19 diciembre 2006

Cinema Revival (XV): Rufufú (1958)


LADRONES DE PACOTILLA

“Rufufú” (1958) es un clásico sublime. “Rufufú” representa todas las virtudes del mejor cine italiano y debería ser patrimonio de la gente que ama el séptimo arte. Sin duda, “Rufufú” es hoy en día una obra a reivindicar por su intemporalidad. Todas estas palabras se aproximan a su grandeza y ninguna alcanza realmente a definir la experiencia exquisita y la revelación que supone revisar un filme antológico.
El filme de Mario Monicelli es, probablemente, una de las obras cumbre de la comedia italiana de los 50. Ni más ni menos. Esta divertidísima parodia sobre un intento de robo del exitoso policiaco francés “Rififí” (1955) de Jules Dassin (muy acentuada esta cuestión en el título español), recoge con gran acierto la gran tradición de la comedia italiana y de la escuela neorrealista de posguerra. Es decir, hay una apuesta por el verismo visual, por la representación de una sociedad que aún acusa las consecuencias del fascismo y de la contienda bélica. Su mirada sin embargo, no es ni mucho menos amarga, más bien ha mutado en cierto cinismo y humor corrosivo. En ese sentido, Monicelli entiende que, desde el paisaje de la desolación, del paro, de la miseria, es mucho mejor reírse de uno mismo y a la vez tratar de reformar unas estructuras injustas.
El realismo está lejos de ser documental. La puesta en escena es impecable, el estudio de la composición es minucioso y elegante, y la narración es fluida por no decir trepidante. En cuanto a lo primero ayuda mucho una fotografía en blanco y negro ejemplar de Gianni di Venanzo. Y en cuanto a lo segundo, ese ritmo tan genial solo es posible gracias a un dominio del plano-contraplano, del plano-secuencia y por supuesto, de un guión soberbio (del propio Monicelli y la gran Suso Cecchi d´Amico entre otros). Resulta obvio aunque es muy significativo que pocas veces un filme contó con la participación de actores de tanto nivel. Vittorio Gassman, Marcelo Mastroianni, Totó, Renato Salvatori, Claudia Cardinale o Carla Gravina, todos ellos en el papel de ladrones marcando época y bordando sus papeles.
Toda la película tiene una lucidez inusitada y un espíritu crítico implacable. Está salpicada de hilarantes gags, algunos rozando el absurdo más propio de los Hermanos Marx (al que Monicelli homenajea en una escena). Parodia aparente del cine policíaco, “Rufufú” va más allá. Sabemos que el plan para robar fracasará pero que los personajes encontrarán finalmente sentido a su vida. Hallarán la respuesta. Por tanto, subyace algo de fábula moralizante: la fortuna y el bienestar solo se harán realidad llevando una vida honesta, trabajadora y solidaria con el prójimo.
En conclusión, un filme único que creó escuela y secuelas poco afortunadas. Un cine que pertenece a un contexto determinado de la Historia del siglo XX. Un cine en fin, que tiene mucho de los relatos de Rafael Azcona, de Berlanga, Bardem y de otro ilustre italiano que firmó parte de su mejor filmografía en España: Marco Ferreri. Las circunstancias de la Historia no son idénticas pero tienen similitudes. ¿O es que no optamos nosotros por reírnos de nuestras miserias cuando vimos que la noche del totalitarismo se perpetuaba tristemente en el tiempo?.
FICHA TÉCNICA:
Título Original:
I soliti ignoti
Año:
1958
Duración:
100 min.
Director:
Mario Monicelli
Guión:
Mario Monicelli, Age, Scarpelli, Susso Cecchi d'Amico
Música:
Piero Umiliani
Fotografía:
Gianni di Venanzo
Reparto:
Marcello Mastroianni, Vittorio Gassman, Claudia Cardinale, Totò, Tiberio Murgia, Renato Salvatori, Carla Gravina, Memmo Carotenuto

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