02 enero 2007

Cinema Revival (XVII): Pequeño Gran Hombre (1970)


AMARGA PARODIA

A modo de introducción mencionaré que este filme significó mucho en su día para quien esto escribe. No por nada especial, sino que siempre fui un niño que sintió predilección por las buenas historias. Sobre todo aquellas en las que el protagonista contaba con pelos y señales todas las andanzas y aventuras de su vida. Es por eso que “Pequeño gran hombre” (1970) no es un western convencional, es una extraordinaria narración sobre un sujeto particular, tal vez más cerca de los personajes de Dickens o incluso de la picaresca española. Por ejemplo, un “Buscón” de Quevedo o un Lazarillo de Tormes cualquiera buscando fortuna en las inhóspitas tierras de los indios Cheyennes camino de una cita con la Historia en Little Big Horn.
Jack Crabb (espléndido Dustin Hoffman) se autodenomina ante un periodista aficionado como el único superviviente blanco de la célebre batalla de Little Big Horn. O sea, el día en que el General Custer fue derrotado por los indios. De esta manera, un suceso tan grande le da pie al personaje de Arthur Penn para contar una vida apasionante entre los indios y de paso, desmontar todos los arquetipos del western de siempre (el pistolero, la homosexualidad, la violencia, la sexualidad, la poligamia, etc.), reinventarlos, parodiarlos y exhibir un discurso rebelde y contestatario sobre la situación política de los Estados Unidos en aquel momento.
“Pequeño gran hombre” muestra a lo largo de todo su metraje un tono de burla, de no tomarse en serio las cosas. Sin embargo, esto es solo un envoltorio que enmascara un poderoso mensaje. Las verdaderas intenciones de Penn son las de mostrar las relaciones y conflictos verdaderos entre el hombre blanco y los indios nativos. Cómo los primeros despojaron a los segundos de sus tierras y posteriormente adoptaron la decisión de exterminarlos. Las imágenes sobre esta cuestión son de una crudeza y una amargura nunca vistas revelándose a discursos e historiografías oficiales más edulcoradas. Aquellas verdades ayudaron a comprender al espectador inconformista de la época todo el entorno que estaba viviendo. A saber, los ciudadanos norteamericanos asistían en directo por su receptor de televisión al sucio conflicto de su país en Vietnam. Se estaban desmontando todos los mitos de la libertad y el heroísmo cultivados después de la II Guerra Mundial dejando paso a la absurda masacre de civiles (ya es conocida la matanza de My Lai y es indudablemente una referencia de Arthur Penn en el filme) en las selvas vietnamitas.
Seguidamente, es significativa la desmitificación de todos los elementos típicos del género. Quizás la mayor de ellas sea el patetismo con que se muestra la figura del General Custer y el legendario Séptimo de Caballería. Lo que para cineastas clásicos eran los grandes próceres fundadores de la patria como en “Murieron con las botas puestas” (1941) de Raoul Walsh, para Arthur Penn son simplemente una pandilla de asesinos que al ritmo de la popular cantinela irlandesa Garry Owen protagonizan la carnicería y la tragedia del genocidio.
En conclusión, un western rebelde y revelador, contundente, fuerte y recio como un roble. No en vano está dirigido por uno de los grandes creadores del cine norteamericano de siempre (forman parte de su filmografía clásicos indiscutibles como “El zurdo” (1958), “El milagro de Anna Sullivan” (1962), “La jauría humana” (1966), “Bonny y Clyde” (1967) o “La noche se mueve” (1975)), uno de los actores fundamentales del siglo XX, un conocimiento profundo y sincero de la Historia y el tono amargo adquirido de un contexto que no debería volver a repetirse.


FICHA TÉCNICA:


Título Original:
Little Big Man
Año:
1970
Duración:
150 min.
Director:
Arthur Penn
Guión:
Calder Willingham (Novela: Thomas Berger)
Música:
John Hammond
Fotografía:
Harry Stradling Jr.
Reparto:
Dustin Hoffman, Faye Dunaway, Martin Balsam, Richard Mulligan, Chief Dan George, Jeff Corey, Amy Eccles, Kelly Jean Peters, Alan Howard

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca me gustó.esa es la verdad.Estamos ante el típico producto izquierdoso.

Running is Life dijo...

Respeto todas las opciones y gustos. Sin embargo, es una obra esencial para entender el cine, el western y la historia contemporánea.

Anónimo dijo...

un gran western y punto. Coincido con Silverman