23 enero 2007

Cinema Revival (XXI): Paris, Texas (1984)


TRISTE SOMBRA VAGANDO EN EL DESIERTO


Cuando vimos esta pelicula supimos que París no solo estaba en Francia, había otro lugar con ese nombre en el estado de Texas, en pleno desierto. Y en él, había sido concebido Travis (un desángelado Harry Dean Stanton), protagonista del filme, triste sombra que deambula por el desierto al ritmo de los acordes melancólicos de Ry Cooder. En aquel lugar, probablemente lejano e inhóspito residía la fuente de las desdichas y el origen de todas las frustraciones. París es el único recuerdo, el último rincón del mundo donde la memoria perdió su inquietante nombre. Y con la evocación sublime de este toponimo, Wim Wenders firmaba uno de los títulos clave del cine moderno de los últimos veinticinco años y además su inmortalidad como cineasta.
Wenders elabora en este filme un ensayo casi filosófico sobre la redención del individuo en formato "Road Movie". La metáfora del viaje como transformación, del movimiento como base de la vida moderna son premisas fundamentales de este autor. Estéticamente se opta por dotar al filme de una iconografía reconocible de gran calado lírico: moteles, restaurantes de carretera, el desierto, la autopista, luces de neón, carteles publicitarios, y la gran ciudad norteamericana como marco vital y artístico. Collage absoluto sobre la relación del hombre contemporáneo con los espacios y lugares. Una suerte de galeria sobre los paisajes urbanos donde (ya de paso) homenajear al cine clásico americano. A saber, al John Ford más poético del Monument Valley o los arriesgados planos y el desbordante romanticismo de Nicholas Ray, por poner dos ejemplos palpables. Sin embargo, el ritmo de Wenders es lento, pausado. Pero es que su protagonista va a pie y es necesario detenerse a pensar en todas y cada una de las cuestiones que se le presentan. La búsqueda del hijo y el amor perdido son algo serio y trascendental, y pocos son los obstáculos que puedan parar a un hombre en esa busqueda obsesiva.
La planificación de planos es magistral, la fotografía de Robbie Muller tiene mucho en la grandeza de este filme y la música de Ry Cooder establece un vínculo indestructible con el alma de la pelicula. Ni más ni menos.Una delicia.
Y para los que no disfruten del viaje, siempre nos quedará el final, un final brillante, emocionante. Un final en el que dos personas (memorable Nastassja Kinski y el ya citado Harry D. Stanton) se reencuentran en la cabina de un sex-shop, especie de confesionario postmoderno de nuestros días, para contar sus vidas y desnudar sus almas. Pocas veces el cine mostró con tanto virtuosismo,talento y religiosidad latente la Intimidad en su extensión máxima. Pocas veces fue tan autentico y tan delicado. Y entre plano y contraplano, reflejos y luces, rostros y voces que se cruzan por momentos, el amor resurge en una especie de intenso revival. Reaparece para marcharse y no volver.

FICHA TÉCNICA:

Título Oríginal:
Paris, Texas
Año:
1984
Duración:
144 min.
Director:
Wim Wenders
Guión:
Wim Wenders & Sam Shepard
Música:
Ry Cooder
Fotografía:
Robby Müller
Reparto:
Harry Dean Stanton, Nastassja Kinski, Dean Stockwell, Aurore Clément, Hunter Carson, Bernhard Wicki

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué final oh my God, y cómo sale la Kinski

Anónimo dijo...

Si no fuera por el respeto que me merece su "media naranja", le aseguro Señor Silverman que, a veces, gemiría de auténtico placer leyendo sus apasionadas críticas cinéfilas...Imagínese por un momento a Doris Day en su regazo al compás de los acordes de Ry Cooder...Déjelo ya Señor Silverman...No sufra

Running is Life dijo...

Cuesta trabajo pensar en esa fantasía que usted, con tanto ingenio, propone. No obstante, debo decir que Doris Day igual se le podría "asaltar" pero al ritmo de acordes más duros e incorrectos, con el fin noble de mancillar su cara de no haber roto un plato. jejejejeje