04 abril 2007

Cinema Revival (XXXII): Drugstore Cowboy (1989)


VIAJE AL FONDO DE UNA ADICCIÓN


Hay temas que son más delicados y que requieren de delicadeza y claridad intelectual al abordarlos. La adicción a las drogas o al alcohol es uno de esos temas y el cine, como reflejo de la sociedad de su tiempo, no ha escatimado esfuerzos en representar la relación del individuo con las sustancias prohibidas. Desde que Otto Preminger decidiera hablar sobre la problemática de las adicciones en "El hombre del brazo de oro" (1955), muchos han sido los cineastas que han decidido situar esta problemática entre sus inquietudes prioritarias. Sin embargo, la fortuna y el acierto de su discurso ha sido con frecuencia desigual.
El fenómeno de la drogadicción desde una óptica estrictamente integral en la cual, la visión y percepción del toxicómano sean predominantes sobre cualquier otro factor, no han sido moneda común del cine contemporáneo. Más bien se ha optado por mensajes maníqueos y simplones de corte policial y ultraconservador, obviando elementos sociales y domésticos de vital importancia para comprender la realidad de uno de los fenómenos más nefastos de nuestros días.
Así, podemos asegurar que "Drugstore cowboy" (1989) de Gus van Sant nos sitúa en una nueva dimensión del discurso cinematográfico sobre las drogas. Antes de la aparición de películas tan emblemáticas sobre las adicciones como "Trainspotting" (1996) de Danny Boyle o "Requiem por un sueño" (2000) de Darren Aronofsky, Gus van Sant nos había iniciado en un viaje al fondo de la mente de un toxicómano delincuente (espléndido Matt Dillon) en la decada de los 70. La historia individual de un adicto cuyos medios y fines acaban al final de una aguja.
El cineasta norteamericano nos coloca en la díficil tesitura del detalle apabullante mediante primerísimos planos, de la psicodelia y la paranoia mental mediante la superposición y asociación de imágenes para transmitir la plenitud que lo tóxico otorga al ser humano. "Drugstore cowboy" renueva un lenguaje, innova a partir de fenómenos fisiológicos e inconscientes al que no escapa, pese al riesgo, un lúcido análisis sobre la drogadicción y la violencia en la sociedad contemporánea.
No evita hablarse sin tapujos sobre los perniciosos efectos que la TV y los medios de comunicación, la inexistencia de instituciones sociales, la falta de trabajo y educación, y en definitiva, la carencia de ilusiones de una generación abrumada por la incertidumbre. Por tanto asistimos a una lección de cine y redención cuya influencia cinematográfica en el cine reciente es absolutamente rotunda e innegable.

FICHA TÉCNICA:

Título Oríginal: Drugstore Cowboy Año: 1989 Duración: 100 min. Director: Gus Van Sant Guión: Gus Van Sant & Daniel Yost (Novela: James Fogle) Música: Elliot Goldenthal Fotografía: Robert D. Yeoman Reparto: Matt Dillon, Kelly Lynch, James LeGros, Heather Graham, William S. Burroughs, James Remar, Max Perlich

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