MELTING POT- REFLEXIÓN: Cinema Revival (XLII): Los amigos de Peter (1992)

TINIEBLAS DE UN TIEMPO QUE NO FUE MEJOR

Revisar "Los amigos de Peter" (1992) de Kenneth Branagh supuso un mezcla de sensaciones y emociones contradictorias. Por un lado, el filme que plantea una suerte de revival festivo tangencial sobre el fin de siglo desde la caída del Muro de Berlín hasta el inicio de los 90. De fondo, el reencuentro de un grupo de amigos tras largo tiempo separados y la tragedia individual de uno de ellos. La tragedia brutal de Peter (cuyo nombre da título al filme) en forma de epidemia y terror colectivo contemporáneo, que actúa como anfitrión de la fiesta con amarga resaca que coronará el agrio final de una obra controvertida.

Hay que añadir su estética pop salpicada de moda, materialismo y una música que se erige como elemento enfatizador y narrativo en una banda sonora excepcional (Springsteen, Pretenders, Queen y una pléyade de bandas y solistas de relumbrón). Un filme cuya frivola textura e indefinido tono basculan a medio camino entre la comedia y el cine independiente conversacional. Un guión aceptable con actores más o menos afortunados si exceptuamos a un excesivamente gestual Kenneth Branagh.

Por otro lado, "Los amigos de Peter" es un filme con momentos afortunados que impulsó las promesas de un cineasta con ideas e inquietudes propias que, transcurridos los años, no se han materializado en una filmografía consistente digna de constante revisión (solamente podríamos salvar su ambiciosa "Hamlet" de 1996). Rebosan muchas escenas de una planificación minuciosa y el acertado uso del plano-secuencia con el que el cineasta pretende transmitir una vitalidad resucitada, la explosión olvidada de júbilo tras el obligado letargo de la separación. Así, los protagonistas se dan un respiro en sus exitosas carreras profesionales y a la vez, vacías, anodinas y fracasadas existencias sentimentales para revivir la amistad y el amor perdidos. Se trata, sin duda, de un exorcismo temporal en el que la nostalgia y la añoranza de la juventud perdida resurgirán como el ave fénix de sus cénizas.

Por momentos, creeremos que el pasado ha sido mejor cuando realmente es pasado. Que fuimos más felices en los 80 y los 90 que ahora. ¡Mentira!, nunca el ahora, el instante actual, ha sido más excepcional y digno de disfrute. Y aunque el envoltorio sea de colorines, el tiempo se saborea con regusto indefinido. Los amigos serán los amigos ("Friends will be friends") pese a los dramas, la memoria y las ausencias. Tal vez, la lección del filme, aunque inconscientemente, sea el de la mera supervivencia en la era del materialismo rampante, la corrupción moral y las injusticias sociales. La búsqueda y recuperación del amigo en medio de la desolación.

FICHA TÉCNICA: