Tiene una personalidad arrolladora, un torbellino inquieto de sensibilidad, pasión vital en el escenario, lo mismo en su Tijuana natal que en San Fernando de Maspalomas, se entrega igual a sus incondicionales porque su sino y su inquietud máxima es la de transmitir con luz y taquígrafos, sin tapujos, una forma sincera de ver la música. Música que igual sabe a limón que a sal. Sabor intenso al fin.
Y su música, la que compone Julieta, posee un hilo transversal que se enhebra alrededor del corazón cual espina dorsal de electrica partitura. Julieta, cuya estilizada figura tiene el don paradójico de moverse energicamente, contagiando por arte musicoemocional (si es que existe) la pulsión motriz de los que la admiramos.
Discografía menos breve de lo que algunos piensan. Obra ya de cierto empaque con temas como "Sería feliz", "Lento", "Oleada", y cualquiera de las canciones que tan esplendidamente componen su último disco "Limón y sal". Sin embargo, más allá de redondas y brillantes composiciones musicales, mucho más allá de su tentadora personalidad, de su inquietante belleza, subyace en Julieta Venegas el poder de la hipnosis. Hay algo que nos engancha: una puesta en escena simple pero bien cohesionada, una estética atractiva (demasiado) muy individualizada, muy de Julieta, y una enorme afección por los temas cercanos de la gente. Aquellos en los que todos sentimos la identificación cotidiana de nuestras felicidades y sinsabores diarios, nuestras relaciones presentes y el amor fugaz ya fenecido.
En conclusión, si el tiempo lo permite y nada indica que no vaya a ser así, contemplaremos a una artista capaz de evolucionar por todos y cada uno de los estilos y ritmos musicales más diversos, por los senderos temáticos más cercanos y controvertidos cimentando una obra magnifica en los que la música y la fascinación de unos seguidores hipnotizados se convertirán en el paradigma maravilloso del reconocimiento con mayusculas.
3 comentarios:
Deduzco que asistió usted al concierto de San Fernando... ¿qué tal fue?
Magnifica, bellísma, lo tiene todo
El concierto en San Fernanado fue toda una experiencia. La disfruté casi en primera fila. Muy cercana con el público al que atendió incluso después del concierto. Me hice una foto con ella, me pareció muy amable, encantadora y dulce. Y encima no se lo tiene creído. Bravo Julieta!
Publicar un comentario