16 julio 2007

Cinema Revival (XLIV): Doce hombres sin piedad (1957)



¡SILENCIO!,SE JUZGA A UN HOMBRE

Basada en la obra controvertida y genial de Reginald Rose y convertida en el primer filme de Sydney Lumet “Doce hombres sin piedad” (1957) es una joya imprescindible del Séptimo Arte. Dicha aseveración podría resultar excesiva pero es evidente que sus valores cinematográficos, interpretativos y sobre todo, aquellos concernientes a sus contenidos sobre moral y justicia marcaron un antes y un después.
Las deliberaciones de un jurado popular ante lo que en apariencia es un clarísimo caso de asesinato, la responsabilidad de enviar a un adolescente a la silla eléctrica, la muerte sobre los hombros, las dudas razonables, los prejuicios individuales que afloran a lo largo de los razonamientos, los infinitos e insoslayables vericuetos de un sistema judicial, los senderos mentales de unas ideas más ligadas al utilitarismo liberal que al racionalismo subjetivista. Todo ello hace de “Doce hombres sin piedad” un conglomerado ético-visual de profundo alcance e intacta atemporalidad.
Cinematográficamente asistimos a una obra de gran virtuosismo. Puesta en escena absolutamente magnifica, con una minuciosa planificación de sus largos y excelentes planos, haciendo gala además de un dominio del espacio excepcional. No en vano la película transcurre íntegramente dentro de un cuarto. Desde el punto de vista actoral solo es posible asegurar que el casting aglutinó al mejor actor de su generación: Henry Fonda, en el papel de un arquitecto cuya alma está más cerca de los diálogos socráticos y del método de Descartes que de su rol como jurado popular. Junto a él, y dando oportuna réplica una plantilla de gloriosos secundarios como Lee J. Cobb, Ed Begley, Jack Warden o Martin Balsam. En definitiva, genuinos rostros de una época inolvidable interpretando a los verdugos modernos de un muchacho quizás inocente.
En conclusión, creo sinceramente que el filme de Sydney Lumet (y la obra de Rose) deberían ser de obligada visión en las escuelas pues muestran bien a las claras la ética del pensamiento honesto y la responsabilidad ciudadana en su compromiso con las instituciones públicas y por ende con el conjunto de la sociedad. También porque reivindican la duda y el subjetivismo, como hizo Descartes, como elemento primordial para alcanzar la verdad más allá de las apariencias. No siempre lo que nos dictan los sentidos es la verdad, pues estamos constantemente mediatizados por un montón de factores que podrían confundirnos. Las apariencias con frecuencia pueden engañar y es nuestra responsabilidad como miembros de la comunidad dialogar para lograr una convivencia lo más alejada posible de los inevitables conflictos.

FICHA TÉCNICA:

Título Oríginal: Twelve Angry Men (12 Angry Men) Año: 1957 Duración:95 min. Director: Sidney Lumet Guión: Reginald Rose (Teatro: Reginald Rose) Música: Kenyon Hopkins Fotografía: Boris Kaufman (B&W) Reparto: Henry Fonda, Lee J. Cobb, E.G. Marshall, Jack Warden, Ed Begley, Martin Balsam, John Fiedler, Robert Webber




4 comentarios:

Anónimo dijo...

De lo mejor que nunca se ha visto en una pantalla. Soberbia...

Running is Life dijo...

pues si... algo absolutamente increible. Es de ese tipo de filmes que parecen un milagro.

Anónimo dijo...

excelente post, insistimos en la pregunta ¿para cuándo Silverman escribiendo para más gente?

Anónimo dijo...

Soberbias palabras. Estoy completamente de acuerdo con usted, Sr. Silverman.