RETRATO DE UNA TRISTE MUJER
Sucede a veces que las apariencias engañan, que tras la forma continua de las imágenes se encuentran los más complejos trasfondos. Fondo y forma, continente y contenido no tienen porque coincidir, o acaso combinarse en ese hechizo del espacio-tiempo cinematográfico. “Lola Montes” (1955) de Max Ophuls es una obra en la que esta digresión bascula entre la fascinación y la maravilla.
¿Por qué esta consideración?, porque revisando este inmortal título tenemos la certeza de estar presenciando una Obra Maestra del cine. Ciertamente una Obra Maestra difícil e implacable, única y original, incomprendida en su día y asimilada solo a medias en la actualidad. Ophuls, cineasta grandísimo y de estética tan propia como acusada, disfraza el auge y la caída de una mujer en una especie melodrama barroco circense. Los tristes amores de una bailarina con la nobleza europea del siglo XIX podrían teóricamente calificarse como algo baladí. Sin embargo, de la mano de Ophuls se convierte en uno de los más excitantes viajes vitales mostrados en la gran pantalla, suerte de vitalismo dramático y doloroso desde un palacio real a la carpa de un circo. De princesa adorada a muñeca rota. Romanticismo exacerbado al fin, pero de un anhelo artístico sublime.
“Lola Montes” es el último filme de su director. Se perciben las inquietudes y temas que invaden su exquisita filmografía. Una compleja, complejísima puesta en escena en el que la cámara se mueve con virtuosismo desde los más recónditos rincones y alturas de las arquitecturas, ya sea a través de las cortinas, de las gasas o de las cristaleras. Un dominio soberbio del espacio escénico, un montaje que logra una narración novelesca pero excepcional. Sin olvidar la dirección del elenco actoral (a destacar Peter Ustinov, brillante hasta en los planos más alejados).
Obra Maestra del refinamiento y la estética decimonónica, relato de una vida, paradigma singular de la tragedia femenina, retrato de la femme-fatale marchita, condenada a vagar por el mundo, figura más deseable cuanto más inalcanzable en busca del afecto perdido.
¿Por qué esta consideración?, porque revisando este inmortal título tenemos la certeza de estar presenciando una Obra Maestra del cine. Ciertamente una Obra Maestra difícil e implacable, única y original, incomprendida en su día y asimilada solo a medias en la actualidad. Ophuls, cineasta grandísimo y de estética tan propia como acusada, disfraza el auge y la caída de una mujer en una especie melodrama barroco circense. Los tristes amores de una bailarina con la nobleza europea del siglo XIX podrían teóricamente calificarse como algo baladí. Sin embargo, de la mano de Ophuls se convierte en uno de los más excitantes viajes vitales mostrados en la gran pantalla, suerte de vitalismo dramático y doloroso desde un palacio real a la carpa de un circo. De princesa adorada a muñeca rota. Romanticismo exacerbado al fin, pero de un anhelo artístico sublime.
“Lola Montes” es el último filme de su director. Se perciben las inquietudes y temas que invaden su exquisita filmografía. Una compleja, complejísima puesta en escena en el que la cámara se mueve con virtuosismo desde los más recónditos rincones y alturas de las arquitecturas, ya sea a través de las cortinas, de las gasas o de las cristaleras. Un dominio soberbio del espacio escénico, un montaje que logra una narración novelesca pero excepcional. Sin olvidar la dirección del elenco actoral (a destacar Peter Ustinov, brillante hasta en los planos más alejados).
Obra Maestra del refinamiento y la estética decimonónica, relato de una vida, paradigma singular de la tragedia femenina, retrato de la femme-fatale marchita, condenada a vagar por el mundo, figura más deseable cuanto más inalcanzable en busca del afecto perdido.
FICHA TÉCNICA:
Dirección: Max Ophüls.País: Alemania.Año: 1955.Duración: 95 min.Género: Drama.Interpretación: Martine Carol (Lola Montes), Peter Ustinov, Anton Walbrook (rey de Baviera), Ivan Desny (Thomas James), Oscar Werner, Henry Guison (Maurice), Will Quadflieg (Franz Liszt), Héléna Manson, Jacques Fayet (Stewart).Guión: Annette Ophüls y Max Wademant; basado en la novela de Cécil Saint-Laurent.Producción: Albert Caraco.Música: Georges Auric.Fotografía: Christian Matras.Montaje: Madeleine Gug.Diseño de producción: Jean D'Eaubonne.Vestuario: Georges Annenkov.
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