MELTING POT- REFLEXIÓN: Cinema Revival (XLVIII): La jauría humana (1966)

DESDE UN INFIERNO DE COBARDES

Alexis de Tocqueville publicó en el año 1835 el primer tomo de su antológica "La democracia en América". En este texto clásico de las Ciencias Políticas y la Historia, Tocqueville, apasionado de aquel país, preconizaba sin rubor sobre un sistema que fomentaba lacras variadas como el despotismo y la tiranía popular, la dejación de lo público y los prejuicios de la gente ignorante.

La América analizada por el francés ha evolucionado en sus formas aunque no en el fondo. Por ello no sorprende que el cine haya reflejado esos males que perviven como elementos inmutables de un país cuyo rol de superpotencia parece inamóvible. Así, Arthur Penn filmó una crónica de ultraviolencia en " La jauría humana" (1966) en la que se criticaba no solo una forma de ver la vida, sino que se ponía en entredicho una cultura de rango hegemónico.Basada en una novela de Horton Foote y adaptada al cine por la genial dramaturga Lillian Hellman "La jauría humana" resulta una especie de orgía sin concesiones que transcurre durante 24 horas en una pequeña localidad sureña. Con gran fluidez narrativa en medio de la tradición faulkneriana, Penn y Hellman establecen un discurso filmico coral en el que la figura del honesto sheriff Calder actúa como contrapunto ético de una multitud amoral cuya sed de catarsis resulta poco menos que desorbitante. Una sociedad en la que la violencia y los prejuicios son la moneda corriente de cambio en complicidad con unas instituciones sin credibilidad.Tan contundente hoy como en el día de su estreno el filme posee un reparto excelente en el que destaca, como no, Marlon Brando. Y no se queda ahí, como Tocqueville en los no tan lejanos días del siglo XIX permanece intacto su deseo de avisar sobre la ignorancia y los excesos de una sociedad embriagada de éxito.

FICHA TÉCNICA: