19 septiembre 2007

"BELLEZA SOBRA": Sobre el detalle y sus consecuencias


Me digo con frecuencia que la esencia de las cosas subyace en los detalles más insignificantes. Aquello que escapa a nuestra percepción, lo que acontece casi en silencio, lo que escapa en frenética fuga hacía el vacío.
Estos pensamientos también me asaltaron en medio de la exposición fotográfica “Belleza sobra” de los fotógrafos Ovahe y Pay en el Café-teatro La Fábrica. Cuando tuve la suerte de enfrentarme a las enigmáticas e inquietantes instantáneas de este dúo, me sentí sobrecogido como un liliputiense al lado de aquel marino llamado Gulliver. Y es que la obra de Ovahe y Pay (curiosos seudónimos), de indudables valores fotográficos, báscula entre lo sobrenatural y el hiperrealismo. Extraña mezcla aunque sorprendente también. Ambos, cada uno a su manera aunque con unos vínculos sólidos y evidentes en el concepto de partida, presentan una obra que apuesta por el detalle como paradigma y el acercamiento hiperbólico de lo pequeño. El detalle, la insignificancia de lo esencial, lo que no vemos o no nos atrevemos a mirar, lo que dejamos tristemente atrás, quizás por miedo o porque vivimos en una sociedad en la que la velocidad se impone desgraciadamente a la reflexión. ¿Qué mirada sería tan osada para mostrarnos la belleza real que está a nuestro alrededor y que es invisible a nuestros ojos?. Creo, sin temor a equivocarme, que en estas fotos se halla el comienzo de un discurso sólido, de amplio recorrido exploratorio, para estos dos (llamémosles ya con mayúsculas) “Fotógrafos”.
Sin embargo, los senderos que conducen al milagro de la fotografía son tan infinitos como el propio arte y sus medios de expresión. Por ello las temáticas son especialmente diversas. Por un lado, Pay representa unas fotos más serenas, más sobrias, aunque por otro lado tremendamente nostálgicas. Fruto, tal vez, de la experiencia de sus años. Son imágenes en su mayoría que optan estéticamente por el blanco y negro, con una cuidadísima puesta en escena, ajustando mucho el encuadre, tratando de encontrar algo que no llega. Pay es, en fin, el fotógrafo de la ausencia física y psíquica y del vacío emocional que generan las sombras de un negativo. Aquel anhelado cuerpo que una vez ocupó los rincones olvidados de nuestra existencia y que la foto trata de representar. Lo invisible se hace evidente.
Por otro lado, Ovahe es pura efervescencia detrás de su cámara. La vitalidad desbordante de sus imágenes delata una juventud (¿divino tesoro?) en pleno apogeo. Su obra se acerca, con más atrevimiento aún si cabe, hacia la revisión del objeto cotidiano. Poco importa cuál. Lo realmente sustancial es desafiar los límites del encuadre, trascender la bidimensionalidad y mostrar lo trivial con ojos nuevos. Su hiperrrealismo es tan radical que parece más ciencia-ficción. Su puesta en escena es, ciertamente, informal aunque radicalmente fresca e inteligente. No nos engañemos, en cada foto de Ovahe hay un concepto que supura una emoción con neuronas que no es apta para todos los públicos. Este ansiado concepto se articula en torno a la imagen atrapando al espectador en la idea. La idea que anhela su autora. Imágenes para pensar. Ya sea desde el horizonte de una ventana o desde la textualidad de Paul Eluard. Hay siempre una cita o una referencia. Poesía a raudales que se agradece. Y es que se impone con urgencia remover la sensibilidad y la inteligencia del espectador.
Y así, vuelvo al lugar desde el que comencé, diciéndome que la esencia de las cosas se encontraba en los detalles más nimios. La aplastante verdad de Ovahe y Pay, de Pay y Ovahe: lo más pequeño sea, quizás, lo más importante. El detalle lo es todo. Y todo, absolutamente todo, tiene consecuencias. O sería igual decir que la inocencia la perdimos en el Edén cuando Eva mordió el fruto prohibido.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

tal y como lo ha retratado, habrá que ir y rápido

Anónimo dijo...

alli estuvimos y si... nos gustó aunque usted lo engalana demasiado

Anónimo dijo...

creo que las fotos están muy bien, tal vez el discurso deba definirse más. El crítico exagera...

Anónimo dijo...

Uhmmmmmm!!!! allí estaremos...

Anónimo dijo...

las vi y me gustaron, quizás en otro lugar apropiado podrían lucir más. El sitio no es lo mejor la verdad

Anónimo dijo...

bravo, bravo, bravo

Running is Life dijo...

espero que les haya gustado lo que vieron y a los que no han ido solamente la firme recomendación de ir y encontrarse con algo sorprendente