ORGÍA SOBRE EL ASFALTO
Reivindicación material, estética y formal del cine de serie B. Divertimento espléndido. Excitante montaña rusa de erotismo y emociones. Acción y más acción. Y así podríamos seguir calificando el último intento de Quentin Tarantino de engendrar a su última criatura fílmica con los despojos innobles del cine más plebeyo y canallesco que cualquier sala comercial haya contemplado jamás. El cineasta norteamericano no evita, por supuesto, el celuloide rasgado, los saltos de eje, los rollos perdidos, los zooms a destiempo y todo un catálogo apasionado del reciclaje cinematográfico.
Al igual que su compañera de experimento, la ya conocida “Planet terror” (2007) de Robert Rodríguez, “Death proof” (2007) es una vuelta de tuerca más hacia los excesos y ambiciones de su autor en su misión suicida por ensalzar la historia menos conocida del cine. Es decir, aquel realizado con mínimo presupuesto y máxima dignidad. Bien es cierto que con suerte y talento dispar, pero eso para Tarantino es lo de menos. “Death proof” sitúa sus referentes en un cine de acción puramente físico y cinemático en la línea de filmes como “Punto:limite cero” (1971) de Richard C. Serafian (homenajeado hasta la saciedad), “Bullit” (1968) de Peter Yates o “Mad Max” (1979) de George Miller. Filme frenético hasta la extenuación en el que las persecuciones automovilísticas desparraman descaradamente el tarro de las esencias tarantinianas: emoción, adrenalina, erotismo apabullante y violentos desmanes que no conviene tomarse en serio si dejamos de hablar de cine.
La patológica obsesión de Stuntman Mike (radical Kurt Russel) por las chicas guapas y su mortífero coche componen un cóctel explosivo en el que las persecuciones, colisiones, frenazos, vuelcos y demás maniobras peligrosas son la perfecta metáfora de un ritual sexual de acoso y cópula orgiástica-vial nunca filmadas. Es más, Tarantino convierte ”Crash" (1996) de David Cronenberg en un cuento infantil, y con una economía narrativa que para sí quisiera el cineasta canadiense. Porque para ser honestos, “Death proof” es una suerte de relato esquelético con dos momentos clave, casi antológicos, de lo mejor de la filmografía de su autor. Fuera de ahí, Tarantino sigue indagando en ese cine de verbo ágil y recargado, escenas insustanciales y anodinas que se construyen y desmontan con la facilidad del lenguaje y el ritmo de una música sensacional. Todo de pariencia banal y sin embargo, genial.
Insufrible y decepcionante, descerebrado y peligroso para algunos, es para otro amplio sector un autor fundamental del cine contemporáneo. ¿Causas de esta división?, una radical y divertida forma de concebir este medio de expresión llamado cine.
Al igual que su compañera de experimento, la ya conocida “Planet terror” (2007) de Robert Rodríguez, “Death proof” (2007) es una vuelta de tuerca más hacia los excesos y ambiciones de su autor en su misión suicida por ensalzar la historia menos conocida del cine. Es decir, aquel realizado con mínimo presupuesto y máxima dignidad. Bien es cierto que con suerte y talento dispar, pero eso para Tarantino es lo de menos. “Death proof” sitúa sus referentes en un cine de acción puramente físico y cinemático en la línea de filmes como “Punto:limite cero” (1971) de Richard C. Serafian (homenajeado hasta la saciedad), “Bullit” (1968) de Peter Yates o “Mad Max” (1979) de George Miller. Filme frenético hasta la extenuación en el que las persecuciones automovilísticas desparraman descaradamente el tarro de las esencias tarantinianas: emoción, adrenalina, erotismo apabullante y violentos desmanes que no conviene tomarse en serio si dejamos de hablar de cine.
La patológica obsesión de Stuntman Mike (radical Kurt Russel) por las chicas guapas y su mortífero coche componen un cóctel explosivo en el que las persecuciones, colisiones, frenazos, vuelcos y demás maniobras peligrosas son la perfecta metáfora de un ritual sexual de acoso y cópula orgiástica-vial nunca filmadas. Es más, Tarantino convierte ”Crash" (1996) de David Cronenberg en un cuento infantil, y con una economía narrativa que para sí quisiera el cineasta canadiense. Porque para ser honestos, “Death proof” es una suerte de relato esquelético con dos momentos clave, casi antológicos, de lo mejor de la filmografía de su autor. Fuera de ahí, Tarantino sigue indagando en ese cine de verbo ágil y recargado, escenas insustanciales y anodinas que se construyen y desmontan con la facilidad del lenguaje y el ritmo de una música sensacional. Todo de pariencia banal y sin embargo, genial.
Insufrible y decepcionante, descerebrado y peligroso para algunos, es para otro amplio sector un autor fundamental del cine contemporáneo. ¿Causas de esta división?, una radical y divertida forma de concebir este medio de expresión llamado cine.
FICHA TÉCNICA:
Dirección y guión: Quentin Tarantino.País: USA.Año: 2007.Duración: 113 min.Género: Acción, thriller.Interpretación: Kurt Russell (Stuntman Mike), Sydney Tamiia Poitier (Jungle Julia), Rosario Dawson (Abernathy), Vanessa Ferlito (Arlene), Jordan Ladd (Shanna), Rose McGowan (Pam), Tracie Thoms (Kim), Mary Elizabeth Winstead (Lee), Zoë Bell (Zoë), Omar Doom (Nate), Michael Bacall (Omar), Eli Roth (Dov), Quentin Tarantino (Warren), Monica Staggs (Lanna), Michael Parks (Earl).Producción: Elizabeth Avellan, Robert Rodriguez, Erica Steinberg y Quentin Tarantino.Fotografía: Quentin Tarantino.Montaje: Sally Menke.Diseño de producción: Steve Joyner y Caylah Eddleblute.Vestuario: Nina Proctor.
4 comentarios:
de acuerdo en todo, por ecierto qué buenas estásn todas las tías. Sobre todo Jungle Julia y Rosario Dawson. Tarantino es un genio!!!!!
debo decir que no te falta razón...
hablemos de cine por favor
de eso hablo precisamente
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