07 septiembre 2007

Un curso más, una nueva ilusión...


Comienza el curso. Muchos docentes criticarían muchas de las cosas que voy a decir. Allá va... un curso nuevo, entiendo, es el comienzo de una nueva ilusión, la renovación del sueño terrenal que una vez tuve: ni más ni menos que el aproximarme a los niños y ayudarles en el largo viaje de su aprendizaje. Pocas cosas han podido hacerme más feliz. Por ello y como he asegurado en multitud de ocasiones, me siento el hombre más afortunado del mundo y este sentimiento de dicha se convierte en algo indestructible.
Se de sobra que la profesión está sometida a una presión desmesurada, que no se está trabajando bien y que el docente está desprestigiado. Así y todo persistirán por siempre los instantes, genuinos, en que el alumno y su maestro se miraron sabiendo lo mucho que habían compartido por el sendero de sus existencias.

!Animo y a por ellos!

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