10 septiembre 2007

TORUN: En casa de Copérnico, galletas de jengibre




Es como una casa de muñecas, siempre elegante y reluciente, a la ribera del Vístula. Salpican su paisaje urbano un puñado de iglesias góticas de ladrillo rojo cuyo valor patrimonial genera vértigo con solo mirarlas. En Torun, urbe desconocida para la mayoría de los mortales, nació uno de los polacos universales: Nicolás Copérnico. Cualquier alusión a este lugar pasa por nombrar a este astrónomo.
En la casa de Copérnico se respira un clima apacible, de tranquilidad. Son pocos los vecinos, parece que nadie tiene prisa y el reloj del campanario es algo más lento de lo normal. En Torun, la vida es vida, trasluce un color saludable y de buen espíritu que no parece haberse contagiado a otras ciudades de Polonia. ¿Será por las galletas de jengibre?.
En Torun se elaboran artesanalmente las archifamosas "piernicki" o galletas de jengibre. Es obvio afirmar que están deliciosas, que poseen un sabor divino e incomparable a nada que se haya probado anteriormente. Hay establecimientos de "piernicki" por doquier, y su oferta y variedad es tremenda ya que se pueden conseguir de distintos tamaños y coberturas (la de chocolate es un vicio). Dicen que el jengibre tiene propiedades afrodisíacas. No es de extrañar que me sintiera tan acalorado.
En conclusión, un lugar más que recomendable que contrasta con la mayoría de ciudades polacas. Un lugar donde parece que siempre es verano aunque sea invierno y al pasear pos sus calles recobramos la fe en el paraíso perdido. ¡Besos de jengibre!

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