24 febrero 2008

Crítica de Cine (LXVI): Pozos de ambición (There will be blood) (2007)



CRIATURA HECHA A SÍ MISMA

El auge y caída de un hombre hecho a sí mismo. La certeza y el conocimiento histórico de saber que los Estados Unidos son una nación, cuya forma actual, responde únicamente al fragor inconsolable del fuego, de la sangre y de la violencia. Pero también, seguramente, que aquellas tierras alumbraron la aventura humana más apasionante jamás realizada. Y en esta tesitura, no fue extraño que por aquellos parajes inhóspitos vagaran en busca fortuna toda suerte de hombres.
“There will be blood” (títulada en nuestro país “Pozos de ambición”) (2007) de Paul Thomas Anderson muestra con una eficacia y un riesgo poco comunes la posibilidad de un filme sobre un hombre concreto. El boceto biográfico de un hombre surgido de la nada en la tierra salvaje. Y decimos boceto, porque los contornos del sujeto se van diluyendo a lo largo de sus algo más de dos horas hasta lograr que su figura se difumine, su rostro se emborrone, hasta diluir ese esqueleto y alcanzar el espíritu solitario del hombre en el páramo alienado de sus propios sueños, despojado de todo origen y vínculo sanguíneo o paterno-filial.
Ese hombre es Daniel Plainview persiguiendo ese “Sueño americano” del ascenso social aplicando una ética propia de trabajo duro, competitividad feroz y escasos escrúpulos. Sueños que se van fraguando en los inicios del siglo XX en lugares de promisión como California en el que tintinean los arcaicos resortes del Antiguo Testamento. Lugares en los que se mezclaron la esperanza de una riqueza material tangible con la presencia de una disidencia religiosa (en forma de iglesias variadas) capaz de adaptarse también a la incertidumbre y los ecos atávicos del destino.
Hay defectos, pocos eso sí, que son significativos y susceptibles de comentario. El metraje es demasiado largo y eso hace que el dramatismo y la tensión no se mantengan. A esto hay que añadir la opción estética de Anderson por el distanciamiento, la elipsis y un uso excesivamente sobrio de la banda sonora en las secuencias más determinantes. Casi podríamos calificarlo de “estética helada” inalterable a las emociones.
A pesar de todo, tiene “There will be blood” muchas virtudes. Primeramente, la planificación de Anderson (autor ya consagrado pese a su juventud por filmes como “Magnolia”) es magistral. La concepción de cada uno de los planos y la complejidad en la puesta en escena la convierten en una película apasionante y arriesgada, entroncada con un cierto cine épico (véase “Ciudadano Kane” (1941) de Orson Welles o “Gigante” (1956) de George Stevens), que rescribe la epopeya y los mitos históricos del imaginario norteamericano. Una suerte de “tour de force” arriesgadísima que encandila, por acumulación y por ingenio, en su reivindicación de desnudar el alma humana sin excusas. Habría que convenir claramente que la gloria de este filme debe mucho a la actuación de Daniel Day-Lewis. ¿Su mejor interpretación?, difícil de decir entre tanta maravilla que atesora en su selecta filmografía. Aquí invade la cámara con su carisma y brinda una interpretación impresionante que adquiere matices y recovecos insólitos. Se palpa la evolución y la degradación hasta lograr el esperpento, la mueca y la mascarada de la locura. Cabe cuestionarse si es su sola presencia la que convertirá “There will be blood” en un clásico.

FICHA TÉCNICA:

Dirección: Paul Thomas Anderson.País: USA.Año: 2007.Duración: 158 min.Género: Drama.Interpretación: Daniel Day-Lewis (Daniel Plainview), Paul Dano (Paul Sunday/Eli Sunday), Kevin J. O'Connor (Henry), Ciarán Hinds (Fletcher), Dillon Freasier (H.W.), Randall Carver (Sr. Bankside), Coco Leigh (Sra. Bankside), Sydney McCallister (Mary Sunday), David Willis (Abel Sunday), Kellie Hill (Ruth Sunday).Guión: Paul Thomas Anderson; adaptación libre de la novela "Petróleo" de Upton Sinclair.Producción: Joanne Sellar, Paul Thomas Anderson y Daniel Lupi.Música: Jonny Greenwood.Fotografía: Robert Elswit.Montaje: Dylan Tichenor.Diseño de producción: Jack Fisk.Vestuario: Mark Bridges.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

mejor esta crítica que la película. Me aburrió y por momentos me pareció una locura sin sentido. Me ha ayudado a entenderla GRACIAS!!!!

Anónimo dijo...

magistral en su expresión. La peli no me gustó

Anónimo dijo...

buena

Anónimo dijo...

extraordinario

Anónimo dijo...

lo mejorfue daniel day-lewis. si quitamos su actuaci�n y su presencia en la peli, �qu� nos queda?

Anónimo dijo...

qu� lio es este

Anónimo dijo...

joseph, intenta arreglar to blog un poquito porque es un poco lioso colgar un comentario. por lo dem�s, sigue as�.Sabes? coincidimos mucho en las pelis que vemos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!