
Supongo que todo tiene un final. Los inevitables finales que nos recuerdan que algún día todo se parará de pronto y el tiempo nos fulminará en un instante. Cómo explicar que estas sensaciones de fatalidad se agudizan cuando sabemos que alguien querido ha cruzado la laguna Estigia con otros espiritus errantes e igualmente gloriosos.
Sería inútil explicar la importancia de Mercedes Sosa en el panorama musical hispanoamericano e universal. Y no porque que su celebérrimo repertorio haya sido imitado hasta la saciedad o porque muchos de sus temas, encarnados en aquel inimitable timbre de voz, pertenezcan por derecho propio al patrimonio sentimental de varias generaciones. No, Mercedes inculcó a la música la honestidad y el empeño sincero de cambiar el mundo. Su flamante voz cantó las injusticias sociales y la infamia de tantos regímenes políticos. La "Negra" quería cambiar las cosas y poco importaba si el mano a mano era con Atahualpa Yupanqui o con Fito Páez. Daba igual floklore o rock. En muchas de sus canciones la utopía se hacía factible y lo marginal o subalterno adquiría relevancia y belleza.
Mencionar especialmente algunos de sus temas sería injusto aunque no me resistiré a decir que su interpretación del tema de Charly García "Cuando ya me empiece a quedar solo" nos recuerda la fugacidad de la vida y las derrotas cotidianas que nos asolan. La muerte de Mercedes es una derrota más. Estamos más solos.
4 comentarios:
una pérdida irreparable
un sentido post. Estamos de acuerdo en todo una vez más. Díficil expresar tanto en tan poco.
Pues sí. Observo que hemos coincido una vez más en comentar un triste final. Acertada reflexión sobre ese vuelo de nuestras vidas y merecido comentario por su honesta lucha en vida, Mr. Silverman. Esperemos que surjan nuevas voces para no estar tan solos.
Salu2 !
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