14 noviembre 2006

Crítica de Cine (XVI): Buenas Noches y Buena Suerte (2005)


PERSIGUIENDO ROJOS

Si miramos atrás, hacia las entrañas del siglo XX, resulta difícil encontrar entre tanto desarrollo tecnológico un invento de la importancia de la televisión. Muy pronto los todopoderosos medios de comunicación vieron la aceptación que el tubo catódico tenía en cada casa y en cada familia. La tentación de crear opiniones de cierta tendencia, manipular la información siguiendo intereses determinados y finalmente, ocultar la verdad se convirtieron en monedas habituales de cambio. Y es de todo este conglomerado de temas de lo que habla “Buenas noches y Buena suerte” (2005), la ópera prima de George Clooney.
Clooney, al que auguro un futuro sencillamente brillante como cineasta siempre que él quiera dedicarse a dirigir, se sitúa en medio de los años 50, en plena “Caza de brujas” del senador Joseph Mccarthy. No aportamos nada nuevo al decir que el “Mcarthysmo” es uno de los periodos más siniestros de la historia norteamericana y es solamente comprensible en el contexto asfixiante de la Guerra Fría. A saber, la despiadada persecución y purga de las estructuras estatales de todos los que presuntamente han sido comunistas o conocen a alguien que lo ha sido. Todo a la manera cruda de los pioneros, con juicios sumarísimos en los que los acusados ya han sido juzgados previamente, y los derechos civiles son ignorados. Es una época en la que hay una alineación (y tal vez alienación) de los medios de comunicación a favor y en contra de estos procesos. Y de estos últimos, estaban los que querían mostrar la verdad y defender los intereses de los ciudadanos haciendo de su trabajo informativo un servicio público especialmente valioso. Esa es la historia de uno de estos paladines de la honestidad: la de Edward R. Murrow y los informativos de la CBS, su pulso contra Mcarthy, y las dificultades de enfrentarse a los poderes políticos saliendo vencedor.
Cinematográficamente, “Buenos noches y Buenas suerte” es una lección de cine de alto nivel (una joyita) en la que se combinan todos los elementos con delicadeza y sabiduría. No parece, en absoluto, que estemos ante una ópera prima. Clooney exhibe un filme minuciosamente diseñado. Utiliza largos planos y demuestra además un dominio de los espacios poco habitual. La puesta en escena y la dirección de actores es soberbia. Esto último no parece demasiado difícil a tenor del casting seleccionado, comenzando por un espléndido David Strathairn dando vida a un Murrow defensor de la verdad. Dan replica gente de tanto nivel interpretativo como Robert Downey Jr. , Jeff Daniels y el propio George Clooney. Son significativas también la maravillosa fotografía en blanco y negro y la banda sonora.
Desde el punto de vista temático y de contenidos, estamos ante un filme complejo que habla de temas perennes. Se utiliza la Historia para contextualizar el presente y una serie de inquietudes actuales. Se habla de los diferentes prismas de la verdad, del compromiso político y el compromiso ético con la ciudadanía, del verdadero poder de los medios de comunicación y su misión. Y finalmente, de la objetividad imposible.
Por tanto, el amigo Clooney se destapa como un cineasta de corte militante con el objetivo, no solo de contar su historia, sino de sacar lecciones didácticas y aprender de ella. Queda como defecto virtuoso que la película está impregnada de una rebeldía y un romanticismo de dulce sabor y una gran duda flotando en el ambiente: ¿ofrece la TV los contenidos que quiere la gente, o la gente se traga lo que quiere la TV?. Es un debate complejo y añejo, pero quien escribe se inclina por la segunda opción, la clave está en la propia película cuando alguien asegura que “la gente se traga todo lo que le echan”.Dolorosa verdad atribuible a una amplia mayoría. Da igual si es verdad o no. Sin embargo, me niego a creer que la gente realmente quiera la TV deshumanizada que tenemos hoy en día y si estoy convencido que si la programación tuviera un componente educativo y cultural más apropiado esta sociedad se ahorraría mucho de los males de su tiempo.

FICHA TÉCNICA:

Dirección: George Clooney.País: USA.Año: 2005.Duración: 93 min.Género: Thriller político.Interpretación: David Strathairn (Edward R. Murrow), Robert Downey Jr. (Joe Wershba), Patricia Clarkson (Shirley Wershba), Ray Wise (Don Hollenbeck), Frank Langella (William Paley), Jeff Daniels (Sigfried "Sig" Mickelson), George Clooney (Fred Friendly), Tate Donovan (Jesse Zousmer), Tom McCarthy (Palmer Williams), Matt Ross (Eddie Scott).Guión: George Clooney y Grant Heslov.Producción: Grant Heslov.Fotografía B/N: Robert Elswit.Montaje: Stephen Mirrione.Diseño de producción: Jim Bissell.Dirección artística: Christa Munro.Vestuario: Louise Frogley.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que me parece una película bastante interesante que refleja muy bien el contexto histórico en que se desarrolla, y para mi, lo más importante: el fin de la televisión, del cual advierte el protagonista al final de su "speach" y de la propia película. Es necesario revisar el contenido de los programas de tv para saber si lo que se quiere ofrecer es una televisión de calidad en la que el telespectador sea un miembro activo de la misma, o por el contrario, hacer una televisión con poco o casi nulo contenido intelectual que la gente mire sin estrujarse mucho las neuronas y que se traga de manera voraz. En los tiempos que corren, estamos claramente afincados en la segunda opción (como bien dijo el sabio Silverman). Así yo soy casi una nula televidente y me conformo con ver los telediarios (para saber cómo va el mundo en que vivo)y algún partidillo de vez en cuando (cada vez menos). Las pelis las veo en su mayoría bajadas de la red.

Anónimo dijo...

Saludos, tovarish !!

Los amigos estan para echar un cable y aquí estoy para aportar mi granito de arena.

La película no la he visto aunque he leído tu sinopsis. Si esta en la biblioteca la saco hoy mismo.

Como comentario; pienso que es la televisión la que manipula al telespectador puesto que lo creamos o no, "los de arriba" son más listos en cuanto a planificación, ¡tienen la capacidad de que veamos milagros!.

O sea, que con un primer plano y una buena banda sonora llora hasta Stalín acurrucado junto al caudillo. Y eso es precisamente lo que pienso que hoy día es la televisión. Otra cosa sería hablar de cine, eso es arte, no películas "CHANAS" como Top Gan donde lo más que sabías de los soviéticos es que eran malos, llevaban un casco oscuro y una estrella roja. Y como no, la gran Rocky IV (nada que ver con la exelente Rocky I de John G. Avilsen) donde el ruso estaba dopado, era militar y era tan duro que iba a dormir al Gulag por gusto, mientras que Rocky y Apollo eran la América de la superación. En fin…

Para terminar y ya que hay que hablar de cine, cuando ayer hablaba de que era más fácil; << Pasarse de la extrema izquierda a la extrema derecha, que pasarse del centro izquierda al centro derecha >> recordarte una película que se que has visto, es la estupenda “Dortor Zhivago” donde Pasha, joven pacifista practicante al menos hasta ese momento de la NO VIOLENCIA, terminó conviertiéndose en el morboso asesino de masas Strelnikov. La película es una obra de arte, tal vez de corte moderado pero que con unos conceptos generales del momento histórico se la acoge con optimismo.

Siento haberme extendido Joseph, estaré en contacto. Saludos.

Running is Life dijo...

Ya sabía que la peli causaría controversia. Y es que tiene mucha sustancia. Agradeceros aportaciones tan buenas. En cuanto al "Orador del andamio" decirle que "Doctor Zhivago" es una de las grandes peliculas de la historia del cine, basada en una no menos grandiosa novela. Y efectivamente, refleja la evolución ideológica que hemos discutido en otras ocasiones. A modo de ejemplo clarificador, siempre quedará en la memoria cuando Pasha habla con Yuri Andreievitch (Zhivago) y le dice que su poesía es banal porque habla de sentimientos y eso es algo privado. Y lo privado en la URSS fue "aniquilado por LA HISTORIA". un SALUDO Y ESTAMOS EN CONTACTO ORADOR. ESpero que sigas entrando en ésta mi humilde morada.

Anónimo dijo...

Faltó firmar con un "buenos dias, buena suerte" en tu comentario. Estoy de acuerdo en que, técnicamente, Clooney ofrece una película envidiable, sobre todo por los enfoques de la cámara ( cómo capta a Strathairn desde los pies poco antes de sus emisiones, por ejemplo ), al igual, y tal como apuntabas, la fotografía. En cuanto al contenido es ideal para una profunda reflexión que sin duda surge de ipso facto. Más allá hubiera aprovechado la serie de Murrow para incluir unas imágenes históricas y así abrir un debate paralelo sobre el cinismo y la esencia de la política. Me refiero a la entrevista que Murrow le hizo a Fidel Castro estando éste en Nueva York. Es increible ver a Fidel en pijama con su hijo en una suite norteamericana, abogando por un cambio en Cuba y no por una Revolución...

Anónimo dijo...

Chapeau!!!, estimado amigo. Nada he de añadir.