EL PUZZLE DE LA VIDA
Si, efectivamente, me van a permitir que en estas primeras líneas caiga en uno de los tópicos más manoseados actualmente por todos aquellos expertos en ficción televisiva: “The Wire” (2002-08) es el mejor serial de todos los tiempos. La obra creada por David Simon y Ed Burns es simplemente antológica. No caben más adjetivos y a la vez es posible atribuirle todos los que en nuestro idioma expresan lo que es insuperable además de inolvidable.
¿Cómo es posible atribuir tanta grandeza y devoción por un serial policíaco? Aquí va un breve decálogo cargado de buenas razones:
Si, efectivamente, me van a permitir que en estas primeras líneas caiga en uno de los tópicos más manoseados actualmente por todos aquellos expertos en ficción televisiva: “The Wire” (2002-08) es el mejor serial de todos los tiempos. La obra creada por David Simon y Ed Burns es simplemente antológica. No caben más adjetivos y a la vez es posible atribuirle todos los que en nuestro idioma expresan lo que es insuperable además de inolvidable.
¿Cómo es posible atribuir tanta grandeza y devoción por un serial policíaco? Aquí va un breve decálogo cargado de buenas razones:
1-Quizás porque no es solamente policíaca. Tal vez sea elegiaca y aunque ambas palabras riman no significan lo mismo. En “The Wire” se canta con lirismo y desencanto las “proezas” de policías y narcotraficantes en la ciudad de Baltimore. Es una fotocopia exacta de la sociedad marginal y del submundo de las drogas.
2-Nada es lo que parece. No hay buenos ni malos. Los guiones destilan una complejidad inabarcable y una ambigüedad real. O sea, que es inútil reparar en el maniqueísmo de lo blanco y lo negro. No, cada arco argumental, cada episodio, salpica una cuidadísima gama de colores grises. En este sentido no hay posibilidad de adivinar su curso. Siempre hay sorpresas, desde polis violentos de baja catadura moral pasando por políticos corruptos, drogadictos redimidos y camellos honestos. Los giros se multiplican y la indiferencia no es posible.
3-Narrativamente “The Wire” es como la vida, es decir, tiene transiciones, tedio, ciclos bajos y altos, acontecimientos extraordinarios y cada uno de sus protagonistas vive una interminable rutina. Por tanto, no tiene antecedentes en el clasicismo narrativo de los relatos fuertes. Más bien todo lo contrario, se aleja de él significativamente para apostar por pequeñas subtramas dramáticas que vayan conformando el universo tal cual, un puzzle de la vida repleto de piezas desperdigadas.
4-“The Wire” no tiene referencias narrativas (ver punto 3) pero si cinematográficas. Eso sí, del mejor cine contemporáneo. De aquel que se cuestiona la narratividad y concluye que hay ciertos relatos imposibles de contar porque son interminables. Dos ejemplos claros de la filmografía mundial: “JFK” (1991) de Oliver Stone y “Zodiac”(2007) de David Fincher.
5-Como sus referentes en el cine “The Wire” se va formando progresivamente. Es una suerte de complejo engranaje que evoluciona a fuerza de acumular información. Cada episodio es más denso que el anterior. Hay una obsesión extrema en mostrar el día a día, los protocolos, el detalle, el procedimiento a seguir. No hay metáfora más acertada visualmente que el tablón de la sede policial llenándose de notas y fotos.
6-Culturalmente ahonda en conductas y conflictos que tienen su origen en los albores de la Historia. El poder, la corrupción o la violencia. Nada que no se conozca desde las cavernas aunque tratado con un frenesí inusitado.
7-Relacionado con lo anterior, sus diálogos son un fresco veraz de la condición humana. Hay mucho Maquiávelo y también Hobbes. Algo de Adam Smith y Locke pasando por Rousseau, sin olvidar a Michel Foucault. Pura filosofía política. Frases profundas. Palabras que tienen pedigrí aunque las pronuncie un delincuente.
8-Hay pesimismo y oscuridad a raudales. La honradez y los valores positivos son una rara avis. ¿Libertad o seguridad? ¿Ciudadanos o consumidores? La frenética sociedad moderna post 11 de septiembre en toda su amplitud. Un infierno en el que sobrevivir.
9-Desde el punto de vista estético y narrativo ya nada volverá a ser igual. Ninguna ficción televisiva que quiera trascender al tiempo surgirá espontáneamente. “The Wire” es tan grande que ya todo lo que nos brinde el futuro provendrá de ella misma. “Generation Kill” (2008) es un ejemplo claro obra de los mismos padres de la criatura.
10-“The Wire” posee una complejidad tangible. No es que parezca compleja, lo es. Tanto, que se erige en un elemento artístico de primer orden susceptible de ser estudiada en la educación superior. Soporta cualquier análisis, no importa lo sesudo o riguroso que sea éste. Le auguro tesis doctorales a mansalva. Así que solo queda verla, analizarla, estudiarla y revisarla. El proceso valdrá la pena.
2-Nada es lo que parece. No hay buenos ni malos. Los guiones destilan una complejidad inabarcable y una ambigüedad real. O sea, que es inútil reparar en el maniqueísmo de lo blanco y lo negro. No, cada arco argumental, cada episodio, salpica una cuidadísima gama de colores grises. En este sentido no hay posibilidad de adivinar su curso. Siempre hay sorpresas, desde polis violentos de baja catadura moral pasando por políticos corruptos, drogadictos redimidos y camellos honestos. Los giros se multiplican y la indiferencia no es posible.
3-Narrativamente “The Wire” es como la vida, es decir, tiene transiciones, tedio, ciclos bajos y altos, acontecimientos extraordinarios y cada uno de sus protagonistas vive una interminable rutina. Por tanto, no tiene antecedentes en el clasicismo narrativo de los relatos fuertes. Más bien todo lo contrario, se aleja de él significativamente para apostar por pequeñas subtramas dramáticas que vayan conformando el universo tal cual, un puzzle de la vida repleto de piezas desperdigadas.
4-“The Wire” no tiene referencias narrativas (ver punto 3) pero si cinematográficas. Eso sí, del mejor cine contemporáneo. De aquel que se cuestiona la narratividad y concluye que hay ciertos relatos imposibles de contar porque son interminables. Dos ejemplos claros de la filmografía mundial: “JFK” (1991) de Oliver Stone y “Zodiac”(2007) de David Fincher.
5-Como sus referentes en el cine “The Wire” se va formando progresivamente. Es una suerte de complejo engranaje que evoluciona a fuerza de acumular información. Cada episodio es más denso que el anterior. Hay una obsesión extrema en mostrar el día a día, los protocolos, el detalle, el procedimiento a seguir. No hay metáfora más acertada visualmente que el tablón de la sede policial llenándose de notas y fotos.
6-Culturalmente ahonda en conductas y conflictos que tienen su origen en los albores de la Historia. El poder, la corrupción o la violencia. Nada que no se conozca desde las cavernas aunque tratado con un frenesí inusitado.
7-Relacionado con lo anterior, sus diálogos son un fresco veraz de la condición humana. Hay mucho Maquiávelo y también Hobbes. Algo de Adam Smith y Locke pasando por Rousseau, sin olvidar a Michel Foucault. Pura filosofía política. Frases profundas. Palabras que tienen pedigrí aunque las pronuncie un delincuente.
8-Hay pesimismo y oscuridad a raudales. La honradez y los valores positivos son una rara avis. ¿Libertad o seguridad? ¿Ciudadanos o consumidores? La frenética sociedad moderna post 11 de septiembre en toda su amplitud. Un infierno en el que sobrevivir.
9-Desde el punto de vista estético y narrativo ya nada volverá a ser igual. Ninguna ficción televisiva que quiera trascender al tiempo surgirá espontáneamente. “The Wire” es tan grande que ya todo lo que nos brinde el futuro provendrá de ella misma. “Generation Kill” (2008) es un ejemplo claro obra de los mismos padres de la criatura.
10-“The Wire” posee una complejidad tangible. No es que parezca compleja, lo es. Tanto, que se erige en un elemento artístico de primer orden susceptible de ser estudiada en la educación superior. Soporta cualquier análisis, no importa lo sesudo o riguroso que sea éste. Le auguro tesis doctorales a mansalva. Así que solo queda verla, analizarla, estudiarla y revisarla. El proceso valdrá la pena.
1 comentario:
La crítica es tanto o casi tan densa como la serie, aunque la lista de puntos desengranando todo el análisis es brillante. No estoy deacuerdo con que sea la mejor serie. Bueno, ¡qué se le va a hacer! ¡No podemos coincidir en todo!
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