ÉRASE UNA VEZ UN PAÍS
Ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes (1995) y consagración de su director, Emir Kusturica. Su filme “Underground” (1995) es, revisada hoy con la perspectiva que otorga el tiempo y la maduración que toda obra de arte necesita, una obra tan provocativamente fresca, tan vital pese a las delicadas cuestiones que trata y tan ingeniosa cinematográficamente como el día de su estreno.
Indudablemente, “Underground” es la obra más compleja y ambiciosa de Kusturica. Compleja porque hay desde sus inicios un anhelo implacable por mostrar situaciones rimbombantes, casi surrealistas, atravesadas fielmente por el peso de la Historia verdadera y oficial. En este caso, Kusturica no es ajeno al protagonismo histórico que ha tenido su país durante el siglo XX (especialmente en su último tramo). Tampoco “Underground” quiere encarnar una determinada postura o razón de ser en el conflicto balcánico. Más bien, pretende mediante el argumento principal, solapar la psicología del momento, llamar la atención sobre el origen de las cosas y que sea el propio espectador, el que atónito ante el festival frenético de las imágenes, juzgue y reflexione sobre las cosas.
Y es ambiciosa también, porque al contar un relato tan largo en el tiempo (medio siglo) es inevitable no subrayar ciertos aspectos como la cultura balcánica, sus entierros y sus bodas, su música (excelente a cargo de Goran Bregovic) y sus costumbres. Y no solo eso, también la épica de los hechos, y a la vez sus propias sátiras y parodias, sus grandezas y miserias, su nostalgia y su violencia inacabable e inabarcable.
Cinematográficamente se puede concebir “Undeground” como una gran obra de teatro repleta de recovecos y personajes singulares capaces de emocionar el espectador, no tanto por su verismo o complejidad de la psique humana sino más bien por sus obsesiones, desequilibrios, taras y limitaciones. Es a partir de ahí, que Kusturica no se equivoca colocando la cámara y como pequeñas muñecas rusas unas dentro de otras, “Underground” se va desdoblando hasta mostrar el atlas geográfico y humano de un país realmente inventado e inconcebible, como son inconcebibles y disparatados tantos inventos humanos.
Es en esencia un filme indispensable en el que hay que pararse, más allá de figuraciones caprichosas en listas canónicas. A través de “Underground” se puede hacer una relectura valida sobre la Europa de hoy y su inminente futuro. A través de esas imágenes es muy difícil no caer en la cuenta que la política, digo la versión bastarda, se asocia con los grupos de poder reprimiendo y arruinando a los que se sitúan fuera de esos círculos. Y por supuesto, “Underground” nos aporta unos hechos incontestables sobre la condición humana: que la ética no puede subordinarse a la política porque se corre el peligro de olvidar los valores fundamentales, que la propia política no puede responder ni resolver los problemas que atañen al corazón humano y que el poder corrompe las almas más honestas.
Ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes (1995) y consagración de su director, Emir Kusturica. Su filme “Underground” (1995) es, revisada hoy con la perspectiva que otorga el tiempo y la maduración que toda obra de arte necesita, una obra tan provocativamente fresca, tan vital pese a las delicadas cuestiones que trata y tan ingeniosa cinematográficamente como el día de su estreno.
Indudablemente, “Underground” es la obra más compleja y ambiciosa de Kusturica. Compleja porque hay desde sus inicios un anhelo implacable por mostrar situaciones rimbombantes, casi surrealistas, atravesadas fielmente por el peso de la Historia verdadera y oficial. En este caso, Kusturica no es ajeno al protagonismo histórico que ha tenido su país durante el siglo XX (especialmente en su último tramo). Tampoco “Underground” quiere encarnar una determinada postura o razón de ser en el conflicto balcánico. Más bien, pretende mediante el argumento principal, solapar la psicología del momento, llamar la atención sobre el origen de las cosas y que sea el propio espectador, el que atónito ante el festival frenético de las imágenes, juzgue y reflexione sobre las cosas.
Y es ambiciosa también, porque al contar un relato tan largo en el tiempo (medio siglo) es inevitable no subrayar ciertos aspectos como la cultura balcánica, sus entierros y sus bodas, su música (excelente a cargo de Goran Bregovic) y sus costumbres. Y no solo eso, también la épica de los hechos, y a la vez sus propias sátiras y parodias, sus grandezas y miserias, su nostalgia y su violencia inacabable e inabarcable.
Cinematográficamente se puede concebir “Undeground” como una gran obra de teatro repleta de recovecos y personajes singulares capaces de emocionar el espectador, no tanto por su verismo o complejidad de la psique humana sino más bien por sus obsesiones, desequilibrios, taras y limitaciones. Es a partir de ahí, que Kusturica no se equivoca colocando la cámara y como pequeñas muñecas rusas unas dentro de otras, “Underground” se va desdoblando hasta mostrar el atlas geográfico y humano de un país realmente inventado e inconcebible, como son inconcebibles y disparatados tantos inventos humanos.
Es en esencia un filme indispensable en el que hay que pararse, más allá de figuraciones caprichosas en listas canónicas. A través de “Underground” se puede hacer una relectura valida sobre la Europa de hoy y su inminente futuro. A través de esas imágenes es muy difícil no caer en la cuenta que la política, digo la versión bastarda, se asocia con los grupos de poder reprimiendo y arruinando a los que se sitúan fuera de esos círculos. Y por supuesto, “Underground” nos aporta unos hechos incontestables sobre la condición humana: que la ética no puede subordinarse a la política porque se corre el peligro de olvidar los valores fundamentales, que la propia política no puede responder ni resolver los problemas que atañen al corazón humano y que el poder corrompe las almas más honestas.
FICHA TÉCNICA:
TÍTULO ORIGINAL Underground AÑO 1995 DURACIÓN 165 min. DIRECTOR Emir Kusturica GUIÓN Dusan Kovacevic & Emir Kusturica MÚSICA Goran Bregovic FOTOGRAFÍA Vilko Filac REPARTO Miki Manojlovic, Lazar Ristovski, Mirjana Jokovic, Slavko Stimac, Ernst Stötzner, Srdjan Todorovic, Mirjana Karanovic, Milena Pavlovic, Danilo 'Bata' Stojkovic, Bora Todorovic PRODUCTORA Coproducción Yugoslavia-Francia-Alemania
1 comentario:
No se puede estar más de acuerdo con la crítica de este "clásico peliculón"...
Publicar un comentario