DESMADRE LATINO
A estas alturas, en el cine como en la vida, es difícil emitir juicios de valores estables y permanentes. Sobre todo en un cine contemporáneo tan fragmentado, muchas veces invisible y acelerado. Sin embargo, cuando hablamos de Robert Rodríguez no nos equivocamos si hablamos de diversión segura y garantizada. Aunque cabe preguntar: ¿diversión con mensaje?
Con su último filme “Machete” (2010), Rodríguez retoma la línea de su película anterior (ya comentada aquí a fondo) “Planet Terror”, parte integrante del proyecto “Grindhouse” (2007) (junto a “Death Proof” de Quentin Tarantino). De hecho este personaje de nombre salvaje y origen latino ya se había dado a conocer en aquel proyecto como uno de los falsos traileres con la que daba inicio aquella maravillosa locura.
Si en “Grindhouse” el objetivo era recuperar y resucitar aquellas míticas dobles sesiones de cine de bajo presupuesto, con “Machete” Rodríguez insiste en más de lo mismo. Para empezar, en este filme pervive una de las virtudes de todo su cine. Esto es, no tomarse nunca demasiado en serio. O al contrario, construir una película desde la forma hasta el fondo, desde el guión hasta la acción, como si fuera una broma gigantesca. Pero…¿con mensaje?
Ritmo trepidante, situaciones rocambolescas, personajes estereotipados, humor a raudales y violencia a mansalva son los ingredientes de un filme que da un paso más y se encamina hacia el desmadre total. Por momentos, hacia una diversión desbordante sin sentido ni dirección. Hacia la pura abstracción. Todo para resucitar los guiños, tics, recovecos, fallos e intríngulis de un cine irrecuperable, pues a pesar del intento, está más ligado a una forma de exhibición de otros tiempos más benévolos e ingenuos que los actuales (¿por qué no rescatar las dobles sesiones como remedio para paliar esta crisis del sector?).
“Machete”, como filme de la contemporaneidad puede todavía argumentar varias cuestiones sin que ninguna de ellas haga desmerecer del todo el producto final. Para empezar, una representación del mundo hispano y su cultura demasiado estereotipada y trufada de viejos tópicos (inmigrantes sin papeles, violencia, ideales izquierdistas revolucionarios armados, etc.) aunque es probable que este aspecto sea consciente y las exageraciones sean parte del show. No en vano es de esperar que Rodríguez respete su propia cultura, lo que no significa que utilice un tono más cercano a la parodia. Aunque si esto sirve para denunciar la terrible situación de la inmigración en los USA el fin podría justificar los medios. Y cabría preguntarse otra vez ¿visibilizar lo latino y su problemática con divertidas metáforas del cine de género? Y por qué no.
También merece ser comentada la contradicción evidente de este, a pesar de todo, loable intento. Cómo para recuperar un cine de bajo presupuesto se requiere un alto presupuesto incluso para emular los defectos y errores de aquellas películas. Intrigante. Lo barato sale caro en este mundo de hoy. Y algo más, la paradoja tremenda de que para crear un “cadáver exquisito” de este pelaje, con elementos de aquí y de allá, se termina articulando un discurso propio (evidentemente sin alcanzar la sustancia trascendental y la intertextualidad del cine de Tarantino) en el que la caricatura grotesca, la sensualidad exuberante y la violencia de brocha gorda pueden erigirse, no solo en una suerte de montaña rusa para la evasión de estos tiempos tan duros, sino que además pueden representar síntomas claros e inequívocos de nuevas representaciones del mundo.
A estas alturas, en el cine como en la vida, es difícil emitir juicios de valores estables y permanentes. Sobre todo en un cine contemporáneo tan fragmentado, muchas veces invisible y acelerado. Sin embargo, cuando hablamos de Robert Rodríguez no nos equivocamos si hablamos de diversión segura y garantizada. Aunque cabe preguntar: ¿diversión con mensaje?
Con su último filme “Machete” (2010), Rodríguez retoma la línea de su película anterior (ya comentada aquí a fondo) “Planet Terror”, parte integrante del proyecto “Grindhouse” (2007) (junto a “Death Proof” de Quentin Tarantino). De hecho este personaje de nombre salvaje y origen latino ya se había dado a conocer en aquel proyecto como uno de los falsos traileres con la que daba inicio aquella maravillosa locura.
Si en “Grindhouse” el objetivo era recuperar y resucitar aquellas míticas dobles sesiones de cine de bajo presupuesto, con “Machete” Rodríguez insiste en más de lo mismo. Para empezar, en este filme pervive una de las virtudes de todo su cine. Esto es, no tomarse nunca demasiado en serio. O al contrario, construir una película desde la forma hasta el fondo, desde el guión hasta la acción, como si fuera una broma gigantesca. Pero…¿con mensaje?
Ritmo trepidante, situaciones rocambolescas, personajes estereotipados, humor a raudales y violencia a mansalva son los ingredientes de un filme que da un paso más y se encamina hacia el desmadre total. Por momentos, hacia una diversión desbordante sin sentido ni dirección. Hacia la pura abstracción. Todo para resucitar los guiños, tics, recovecos, fallos e intríngulis de un cine irrecuperable, pues a pesar del intento, está más ligado a una forma de exhibición de otros tiempos más benévolos e ingenuos que los actuales (¿por qué no rescatar las dobles sesiones como remedio para paliar esta crisis del sector?).
“Machete”, como filme de la contemporaneidad puede todavía argumentar varias cuestiones sin que ninguna de ellas haga desmerecer del todo el producto final. Para empezar, una representación del mundo hispano y su cultura demasiado estereotipada y trufada de viejos tópicos (inmigrantes sin papeles, violencia, ideales izquierdistas revolucionarios armados, etc.) aunque es probable que este aspecto sea consciente y las exageraciones sean parte del show. No en vano es de esperar que Rodríguez respete su propia cultura, lo que no significa que utilice un tono más cercano a la parodia. Aunque si esto sirve para denunciar la terrible situación de la inmigración en los USA el fin podría justificar los medios. Y cabría preguntarse otra vez ¿visibilizar lo latino y su problemática con divertidas metáforas del cine de género? Y por qué no.
También merece ser comentada la contradicción evidente de este, a pesar de todo, loable intento. Cómo para recuperar un cine de bajo presupuesto se requiere un alto presupuesto incluso para emular los defectos y errores de aquellas películas. Intrigante. Lo barato sale caro en este mundo de hoy. Y algo más, la paradoja tremenda de que para crear un “cadáver exquisito” de este pelaje, con elementos de aquí y de allá, se termina articulando un discurso propio (evidentemente sin alcanzar la sustancia trascendental y la intertextualidad del cine de Tarantino) en el que la caricatura grotesca, la sensualidad exuberante y la violencia de brocha gorda pueden erigirse, no solo en una suerte de montaña rusa para la evasión de estos tiempos tan duros, sino que además pueden representar síntomas claros e inequívocos de nuevas representaciones del mundo.
FICHA TÉCNICA:
Dirección: Robert Rodriguez y Ethan Maniquis. País: USA. Año: 2010. Duración: 105 min. Género: Acción, thriller. Interpretación: Danny Trejo (Machete), Steven Seagal (Torrez), Michelle Rodriguez (Luz), Jessica Alba (Sartana), Robert De Niro (senador McLaughlin), Jeff Fahey (Booth), Lindsay Lohan (April), Cheech Marin (Padre), Don Johnson (Von). Guión: Robert Rodriguez y Álvaro Rodriguez. Producción: Elizabeth Avellan, Robert Rodriguez y Rick Schwartz. Música: Chingon. Fotografía: Jimmy Lindsey. Montaje: Robert Rodriguez y Rebecca Rodriguez. Diseño de producción: Christopher Stull. Vestuario: Nina Proctor
5 comentarios:
Pues a verla yaaaaaaaaaa!!!!!!
Bueno, la verdad es que esta vez no puedo estar de acuerdo. El Sr. Rodríguez se le fue la pinza con esta peli. Zafia, violenta y sin ninguna lectura útil
Bueno, la verdad es que esta vez no puedo estar de acuerdo. El Sr. Rodríguez se le fue la pinza con esta peli. Zafia, violenta y sin ninguna lectura útil
Bueno, la verdad es que esta vez no puedo estar de acuerdo. El Sr. Rodríguez se le fue la pinza con esta peli. Zafia, violenta y sin ninguna lectura útil
Mira Koichi, está bien que quieras dejar tu comentario pero controla las veces que lo envías porque aburre leerlos 3 veces. Por lo demás a mi me gustó la peli y me divertí mucho viéndola este finde en el cine que con los tiempos que corren ya es bastante.
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