ROSEBUD-FACEBOOK
Hay cineastas (artistas en general) que, al margen de su genialidad para crear mundos propios y temáticas reconocibles a simple vista, tienen el talento de hacer suyo, de llevar a su propio lenguaje y terreno, cuestiones que pueden parecer ajenas. Las apariencias pueden engañar. El último ejemplo es el de David Fincher (uno de los grandes directores norteamericanos de la actualidad) y su película “La red social” (2010). Si no, cabe preguntarse, ¿cómo es posible que el mismo director de filmes como “Seven” (1995), “Zodiac” (2007) o “El curioso caso de Benjamín Button” (2008) intente contar cómo el joven estudiante de Harvard Mark Zuckerberg llegó a crear Facebook? ¿Es “la red social” solamente un biopic? ¿Realmente trata sobre los tiras y aflojas del tipo que creó la mayor red social en Internet o va más allá?
El visionado de la película responde claramente a estas cuestiones. Fincher lleva a su terreno lo que aparenta ser la biografía de un genio multimillonario, excéntrico y conflictivo. Y no es nuevo. La filmografía de Fincher está salpicada por el interés sobre personajes marginales y desequilibrados. Muchas veces obsesionados por el crimen, el tiempo o el dinero, a los que el filme va desnudando poco a poco para mostrarnos siempre su intimidad más profunda (que no maléfica). A partir de un guión del brillante Aaron Sorkin (guionista de “El ala oeste de la Casa Blanca” ), Fincher aparenta hablar de Facebook pero no habla de Facebook ni de nada parecido. Tal vez si parta en esencia de esa idea, pero retrocediendo (o avanzando) hacia la psicología de sus criaturas. En especial del personaje que encarna al propio Zuckerberg.
Sin temor a equivocarnos se puede afirmar que “La red social” es una radiografía brillante y fidedigna sobre el éxito, sus dolorosas insatisfacciones y sus traumas, sobre el aislamiento y el vacío que genera el talento desmedido y sobre la frustración patológica y el dolor de la admiración del mundo entero menos de la persona amada. ¿No es paradójico que el personaje que muestra Fincher haya creado la mayor red de amigos y él mismo esté siempre solo? ¿No es Facebook y sus verdaderas motivaciones la catarsis de un amargado como lo era el “Rosebud” reprimido de la infancia de “Ciudadano Kane” (1941)?
Por supuesto no se trata de comparar ambos filmes (bueno estaría) sino de constatar una resonancia común. Lejos del barroquismo visual de Orson Welles, Fincher es más simple (aunque virtuoso) en lo visual y si terriblemente denso en todo lo que desea contar y mostrar. Tal vez porque ese cine de capas superpuestas una sobre otra y de sobredosis de información en diversas coordenadas espacio-temporales pone al clasicismo contra las cuerdas. Dicho de esta manera: el relato como desafío imposible o como culminación de un heroísmo irrenunciable. ¿Tiene Facebook una historia que merezca ser contada? ¿Es factible contarla?
Dicho queda entonces y se reitera el más que recomendable visionado de este filme para todo cinéfilo que se jacte de serlo realmente. Frivolidades aparte, es un filme que aporta una visión crítica y lúcida sobre los mecanismos de las relaciones humanas y sus condicionamientos sociales y tecnológicos. Si además somos capaces de desvelar bajo este envoltorio los entresijos del éxito y su resaca, solo nos queda decir con voz triste y nostálgica: “Rosebud”. Perdón, ¡Facebook!
FICHA TÉCNICA:
Título original: The social network. Dirección: David Fincher. País: USA. Año: 2010. Duración: 122 min. Género: Drama. Interpretación: Jesse Eisenberg (Mark Zuckerberg), Andrew Garfield (Eduardo Saverin), Justin Timberlake (Sean Parker), Armie Hammer (Cameron Winklevoss/Tyler Winklevoss), Max Minghella (Divya Narendra), Rooney Mara (Erica), Rashida Jones (Marylin Delpy). Guión: Aaron Sorkin; basado en el libro “Multimillonarios por accidente” de Ben Mezrich. Producción: Dana Brunetti, Ceán Chaffin, Michael De Luca y Scott Rudin. Música: Trent Reznor y Atticus Ross. Fotografía: Jeff Cronenweth. Montaje: Kirk Baxter y Angus Wall. Diseño de producción: Donald Graham Burt. Vestuario: Jacqueline West.
Hay cineastas (artistas en general) que, al margen de su genialidad para crear mundos propios y temáticas reconocibles a simple vista, tienen el talento de hacer suyo, de llevar a su propio lenguaje y terreno, cuestiones que pueden parecer ajenas. Las apariencias pueden engañar. El último ejemplo es el de David Fincher (uno de los grandes directores norteamericanos de la actualidad) y su película “La red social” (2010). Si no, cabe preguntarse, ¿cómo es posible que el mismo director de filmes como “Seven” (1995), “Zodiac” (2007) o “El curioso caso de Benjamín Button” (2008) intente contar cómo el joven estudiante de Harvard Mark Zuckerberg llegó a crear Facebook? ¿Es “la red social” solamente un biopic? ¿Realmente trata sobre los tiras y aflojas del tipo que creó la mayor red social en Internet o va más allá?
El visionado de la película responde claramente a estas cuestiones. Fincher lleva a su terreno lo que aparenta ser la biografía de un genio multimillonario, excéntrico y conflictivo. Y no es nuevo. La filmografía de Fincher está salpicada por el interés sobre personajes marginales y desequilibrados. Muchas veces obsesionados por el crimen, el tiempo o el dinero, a los que el filme va desnudando poco a poco para mostrarnos siempre su intimidad más profunda (que no maléfica). A partir de un guión del brillante Aaron Sorkin (guionista de “El ala oeste de la Casa Blanca” ), Fincher aparenta hablar de Facebook pero no habla de Facebook ni de nada parecido. Tal vez si parta en esencia de esa idea, pero retrocediendo (o avanzando) hacia la psicología de sus criaturas. En especial del personaje que encarna al propio Zuckerberg.
Sin temor a equivocarnos se puede afirmar que “La red social” es una radiografía brillante y fidedigna sobre el éxito, sus dolorosas insatisfacciones y sus traumas, sobre el aislamiento y el vacío que genera el talento desmedido y sobre la frustración patológica y el dolor de la admiración del mundo entero menos de la persona amada. ¿No es paradójico que el personaje que muestra Fincher haya creado la mayor red de amigos y él mismo esté siempre solo? ¿No es Facebook y sus verdaderas motivaciones la catarsis de un amargado como lo era el “Rosebud” reprimido de la infancia de “Ciudadano Kane” (1941)?
Por supuesto no se trata de comparar ambos filmes (bueno estaría) sino de constatar una resonancia común. Lejos del barroquismo visual de Orson Welles, Fincher es más simple (aunque virtuoso) en lo visual y si terriblemente denso en todo lo que desea contar y mostrar. Tal vez porque ese cine de capas superpuestas una sobre otra y de sobredosis de información en diversas coordenadas espacio-temporales pone al clasicismo contra las cuerdas. Dicho de esta manera: el relato como desafío imposible o como culminación de un heroísmo irrenunciable. ¿Tiene Facebook una historia que merezca ser contada? ¿Es factible contarla?
Dicho queda entonces y se reitera el más que recomendable visionado de este filme para todo cinéfilo que se jacte de serlo realmente. Frivolidades aparte, es un filme que aporta una visión crítica y lúcida sobre los mecanismos de las relaciones humanas y sus condicionamientos sociales y tecnológicos. Si además somos capaces de desvelar bajo este envoltorio los entresijos del éxito y su resaca, solo nos queda decir con voz triste y nostálgica: “Rosebud”. Perdón, ¡Facebook!
FICHA TÉCNICA:
Título original: The social network. Dirección: David Fincher. País: USA. Año: 2010. Duración: 122 min. Género: Drama. Interpretación: Jesse Eisenberg (Mark Zuckerberg), Andrew Garfield (Eduardo Saverin), Justin Timberlake (Sean Parker), Armie Hammer (Cameron Winklevoss/Tyler Winklevoss), Max Minghella (Divya Narendra), Rooney Mara (Erica), Rashida Jones (Marylin Delpy). Guión: Aaron Sorkin; basado en el libro “Multimillonarios por accidente” de Ben Mezrich. Producción: Dana Brunetti, Ceán Chaffin, Michael De Luca y Scott Rudin. Música: Trent Reznor y Atticus Ross. Fotografía: Jeff Cronenweth. Montaje: Kirk Baxter y Angus Wall. Diseño de producción: Donald Graham Burt. Vestuario: Jacqueline West.
3 comentarios:
Magnífica crítica como siempre. Es un placer leer críticas cinematográficas de este calado. Apoyo 100 x 100 sus opiniones y reflexiones sobre el filme a pesar de que no estoy en el grupo de los 500 millones de Facebook. ¡Todavía sigo siendo un bicho raro! Caeré tarde o tremprano en la red, seguro.
Estoy con Beatriz: una crítica cinematográfica que redunda en beneficio de nuestra red y deja en ridículo a más de otro "renombrado" crítico de cine mediático. ¡Chapeau! Me falta por ver la peli pero me pareció tan bueno que lo difundí por las medianías de Rosebud, digooo ¡Facebook! Jaja.
Un abrazo!
Bueno, muchas gracias. Simplemente escribí lo que sentí
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