EL MÁS ALLÁ DICKENSIANO
El misterio de la muerte atrae históricamente. Lo que nos aguarda al otro lado de la laguna Estigia es un material potente para el arte. Ni siquiera un cineasta tan “terrenal” como Clint Eastwood ha podido evitar una reflexión sobre la gran incógnita en la cual pivota la existencia entera. Esta “Más allá de la vida” (2010) es algo atípico, muy diferente de lo creado por el gran cineasta norteamericano hasta la fecha. Sería algo así como si el grandísimo John Ford se hubiera encaprichado en rodar un filme relacionado con una invasión alienígena en el Monument Valley abandonando aquellos temas de profundo calado humanístico que convirtieron sus westerns en pura leyenda.
Queda claro entonces, “Más allá de la vida” tiene un magnetismo inicial que no tiene que ver con el aura de su cineasta sino con la posibilidad de una respuesta remota. Y las tres historias que Eastwood cuenta, aún teniendo en cuenta la experiencia extrema del fin, no aportan, como es lógico, esa ansiada respuesta. El guión del dramaturgo Peter Morgan teje un relato irregular al que salvan solamente ciertos momentos de lucidez dramática. De esos que dejan un leve regusto amargo o cierta desazón por los sufrimientos y desventuras que la trama hace vivir a los personajes. Puede ser un movimiento de cámara, un plano detalle, una mirada, una pausa, el silencio, la oscuridad. Es lo que podríamos llamar el "enfoque dickensiano".
El misterio de la muerte atrae históricamente. Lo que nos aguarda al otro lado de la laguna Estigia es un material potente para el arte. Ni siquiera un cineasta tan “terrenal” como Clint Eastwood ha podido evitar una reflexión sobre la gran incógnita en la cual pivota la existencia entera. Esta “Más allá de la vida” (2010) es algo atípico, muy diferente de lo creado por el gran cineasta norteamericano hasta la fecha. Sería algo así como si el grandísimo John Ford se hubiera encaprichado en rodar un filme relacionado con una invasión alienígena en el Monument Valley abandonando aquellos temas de profundo calado humanístico que convirtieron sus westerns en pura leyenda.
Queda claro entonces, “Más allá de la vida” tiene un magnetismo inicial que no tiene que ver con el aura de su cineasta sino con la posibilidad de una respuesta remota. Y las tres historias que Eastwood cuenta, aún teniendo en cuenta la experiencia extrema del fin, no aportan, como es lógico, esa ansiada respuesta. El guión del dramaturgo Peter Morgan teje un relato irregular al que salvan solamente ciertos momentos de lucidez dramática. De esos que dejan un leve regusto amargo o cierta desazón por los sufrimientos y desventuras que la trama hace vivir a los personajes. Puede ser un movimiento de cámara, un plano detalle, una mirada, una pausa, el silencio, la oscuridad. Es lo que podríamos llamar el "enfoque dickensiano".
Y es justo ahí que atisbamos la oportunidad de un gran filme (que no llega), en esa mirada infantil, en esa reconstrucción del cortísismo siglo XXI (con tsunami indonesio y atentados terroristas en el metro de Londres incluidos), en ese drama existencial de alcanzar el más allá para comunicarse con los muertos, en esa resignación sobre lo que nunca podremos sentir y tener en esta vida. Es ahí que Eastwood resucita (nunca mejor dicho) el espíritu de filmes como "Un mundo perfecto" (1993), “Mystic River” (2003) o “Gran Torino” (2008) .
Y al final, como en los grandes relatos de Dickens, tras muchos sufrimientos y contrariedades, Eastwood conduce a sus personajes como si se trataran del propio Oliver Twist o David Copperfield hacia el territorio de la Esperanza. Tal vez el último rincón desde donde todavía valga la pena seguir luchando. Hasta en eso, pese a tratarse de un filme menor, sigue reivindicando su título de "último clásico del cine mundial". Y que sea así por mucho tiempo más.
FICHA TÉCNICA:
Película: Más allá de la vida. Título original: Hereafter. Dirección: Clint Eastwood. País: USA. Año: 2010. Duración: 124 min. Género: Drama. Interpretación: Matt Damon (George), Cécile De France (Marie Lelay), George y Frankie McLaren (Marcus/Jacob), Jay Mohr (Billy), Bryce Dallas Howard (Melanie), Marthe Keller (Dra. Rousseau), Thierry Neuvic (Didier). Guion: Peter Morgan. Producción: Clint Eastwood, Kathleen Kennedy y Robert Lorenz. Música: Clint Eastwood. Fotografía: Tom Stern. Montaje: Joel Cox y Gary D. Roach. Diseño de producción: James J. Murakami. Vestuario: Deborah Hopper
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