04 octubre 2006

DESDE EL FONDO DEL AULA, EN EL ÚLTIMO PUPITRE (y V): Camino del colegio inflado de pastillas


Después de aquel día en que había tocado fondo. Cosas que dejaron huella. Cosas que no se van a poder olvidar tan facilmente. Tratamiento médico. Cuadro depresivo de intensidad indeterminada. ¿Y qué demonios había que determinar?. ¿Desde cuándo se puede medir la tristeza de las personas?.Mucho más cuando no saben ni lo qué les pasa. Yo me sentía como "El grito" de Munch. Eso es tremendo. Yo me mostré débil. ¿Hasta cuándo tendré que lamentarlo?.
Lexatin para dormir. Hasta hoy. ¿Y por cuánto tiempo?. Chi lo sa. Te levantas de la cama aunque no quieres. Te lavas la cara y vislumbras tan solo una sombra tenue de lo que fuiste. Es fascinante como uno lo pierde todo en breve. Comes poco y te enchufas otra pastilla (Esertia, un antidepresivo para momentos delicados) entre pecho y espalda. Sales a la calle y la percepción es irreal. Caminas hacia el trabajo como otros días, y rezas para que todo sea como en un replay infinito. Tú siempre haciendo lo mismo, que nada cambie. Y a pesar de todo esperas ansioso que lleguen los niños, quizás la única razón que merece estar ahí, la única razón por la que te juegas la cordura...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto es un cuento largo de terror

Anónimo dijo...

te recuperarás, es una lección más de la vida

Anónimo dijo...

Cada vez tengo más ganas de conocerte

Running is Life dijo...

UNo las pasa "PUTAS" pero tienes que reaccionar. He aprendido que no se puede ser ´debil, aunque tuviera momentos de debilidad.