¿Te acuerdas?. Es Navidad...

No me gustaría hacer un discurso absurdo repleto de tópicos sobre estas fiestas que se avecinan. Solamente quería deciros a todos los que visitais este modesto lugar que os agradezco mucho las molestias que os tomais. Os agradezco también vuestros comentarios y el que me ofreciérais vuestro hombro cuando lo necesité. Cómo sabeis, el Sr. Silverman tuvo periodos díficiles. Pero.. ¿qué quereis?, un día descubrí que caminaba sobre dos piernas y respiraba con dos pulmones. Incluso, me latía algo que se llama corazón ("el tilín del corazón" como dice Andrés Calamaro). Silverman quebrado, Silverman recuperado, "on the road again".

Y en estos días de balance, descubro con absoluta fascinación que vagar en el desierto me ayudó a conocer el mundo y a mí mismo. La importancia del prójimo, la inquebrantable fe en la gente (os juro que no la perdí nunca ni en los peores momentos) y la lucha perpetua para no volver a deambular. Al final permanecen los detalles, retazos de recuerdos, bocetos del momento vivido. Tal vez eso sea la Navidad: la memoria que se fue y retornó de pronto.

Creo que tenemos suerte. El hecho maravilloso de mantenernos de pie cada día es un milagro. Soportar nuestras contradicciones y todo esta locura inmediata propia de ritmos de vida ultramodernos parece más propio de la alquimia malefica. Ojalá pudieramos tomarnos la pausa precisa de la toma de conciencia. Ahora... en Navidad sería ideal.

Por tanto, os deseo la mayor felicidad a todos. Disfrutad de estas horas en compañía de vuestros seres queridos. Nada más. Silverman siempre a vuestra disposición. Con afecto profundo.