JUEGOS DE PAREJA
Si seguimos a rajatabla aquella máxima de Borges que decía que “la vida de un hombre era la de todos los hombres”, entonces, podríamos transferir que la vida de una pareja es igualmente la de todas las parejas. ¿Y cuál sería la pareja original fuente de todas las dichas y conflictos? ¿Cuál o cuáles serían las copias?¿Puede el amor diferenciar una de otra?
De todas estas diatribas y cuestiones trata el último filme del gran maestro del cine Abbas Kiarostami “Copia certificada” (2010). Por primera vez fuera de Irán, Kiarostami cuenta con una actriz profesional como protagonista estelar (Juliette Binoche) y un presupuesto más holgado para plasmar sus sesudas motivaciones. Con La Toscana (Italia) como escenario, “Copia certificada” es un filme que requiere la mirada y la mente predispuestas al pensamiento y la emoción. Porque solo así, se pueden degustar con ritmo pausado de paseo y conversación, sus colores, olores, sabores y sonidos. Y porque solamente así es factible una reflexión constante a lo largo y ancho de su metraje.
Con ojo clínico Kiarostami pone delante de la cámara una pareja que podrían ser dos. O igual podrían ser más, o todas las parejas posibles. A medio camino entre la realidad, la memoria, la ensoñación, el futuro, estos dos personajes esbozan el presente avanzando raudos hacia espacios y tiempos... ¿habitados en común o simplemente inventados para el deleite de la insinuación y la fabulación? De paso y como quien no quiere la cosa exponen sus ideas (las de su director) sobre el arte y el cine, sobre la representación o imitación de lo real junto a la mirada y percepción del espectador. ¿Es tan valiosa la copia exacta de una Obra maestra como la propia Obra Maestra? ¿No certifica la copia la existencia del original? ¿No estaban ya estas preocupaciones en forma de “cine dentro del cine” en filmes como “El sabor de las cerezas" (1997), “El viento nos llevará" (1998) o incluso la penúltima y exquisita “Shirin” (2008)?
Preguntas realmente interesantes que Kiarostami formula pero que no le da tiempo (o no quiere) responder, porque le interesa crear un planteamiento abierto inconcluso y un tiempo para la reflexión que vaya más allá del visionado de su filme. ¿”Psicosis” (1960) de Alfred Hitchcock y su exacto remake plano por plano de Gus Van Sant (1998) o la repetición que Michael Haneke hizo de su “Funny Games” (1997/2007) no son ejecuciones exactas de estas teorías? Y aunque el símil arte-pareja, su decadencia e ilusiones, nos puede remitir a cineastas como Roberto Rosellini con “Te querré siempre” (1954), las verdaderas intenciones de Kiarostami residen en desafiar al cine como arte y como industria. En indagar en las posibilidades de un relato verbal hecho trizas por el tiempo que no se traduce en imágenes. En expresar con sinceridad y dolor que perseguir la huella de la Historia es una tarea ardua y difícil y que el cine está más vivo que nunca. Probablemente no para contar viejos relatos clásicos, pero sí para "certificar" la confusión y la soledad que apabullan a la "copia" del hombre contemporáneo.
Si seguimos a rajatabla aquella máxima de Borges que decía que “la vida de un hombre era la de todos los hombres”, entonces, podríamos transferir que la vida de una pareja es igualmente la de todas las parejas. ¿Y cuál sería la pareja original fuente de todas las dichas y conflictos? ¿Cuál o cuáles serían las copias?¿Puede el amor diferenciar una de otra?
De todas estas diatribas y cuestiones trata el último filme del gran maestro del cine Abbas Kiarostami “Copia certificada” (2010). Por primera vez fuera de Irán, Kiarostami cuenta con una actriz profesional como protagonista estelar (Juliette Binoche) y un presupuesto más holgado para plasmar sus sesudas motivaciones. Con La Toscana (Italia) como escenario, “Copia certificada” es un filme que requiere la mirada y la mente predispuestas al pensamiento y la emoción. Porque solo así, se pueden degustar con ritmo pausado de paseo y conversación, sus colores, olores, sabores y sonidos. Y porque solamente así es factible una reflexión constante a lo largo y ancho de su metraje.
Con ojo clínico Kiarostami pone delante de la cámara una pareja que podrían ser dos. O igual podrían ser más, o todas las parejas posibles. A medio camino entre la realidad, la memoria, la ensoñación, el futuro, estos dos personajes esbozan el presente avanzando raudos hacia espacios y tiempos... ¿habitados en común o simplemente inventados para el deleite de la insinuación y la fabulación? De paso y como quien no quiere la cosa exponen sus ideas (las de su director) sobre el arte y el cine, sobre la representación o imitación de lo real junto a la mirada y percepción del espectador. ¿Es tan valiosa la copia exacta de una Obra maestra como la propia Obra Maestra? ¿No certifica la copia la existencia del original? ¿No estaban ya estas preocupaciones en forma de “cine dentro del cine” en filmes como “El sabor de las cerezas" (1997), “El viento nos llevará" (1998) o incluso la penúltima y exquisita “Shirin” (2008)?
Preguntas realmente interesantes que Kiarostami formula pero que no le da tiempo (o no quiere) responder, porque le interesa crear un planteamiento abierto inconcluso y un tiempo para la reflexión que vaya más allá del visionado de su filme. ¿”Psicosis” (1960) de Alfred Hitchcock y su exacto remake plano por plano de Gus Van Sant (1998) o la repetición que Michael Haneke hizo de su “Funny Games” (1997/2007) no son ejecuciones exactas de estas teorías? Y aunque el símil arte-pareja, su decadencia e ilusiones, nos puede remitir a cineastas como Roberto Rosellini con “Te querré siempre” (1954), las verdaderas intenciones de Kiarostami residen en desafiar al cine como arte y como industria. En indagar en las posibilidades de un relato verbal hecho trizas por el tiempo que no se traduce en imágenes. En expresar con sinceridad y dolor que perseguir la huella de la Historia es una tarea ardua y difícil y que el cine está más vivo que nunca. Probablemente no para contar viejos relatos clásicos, pero sí para "certificar" la confusión y la soledad que apabullan a la "copia" del hombre contemporáneo.
FICHA TÉCNICA:
Título original: Copie conforme. Dirección y guión: Abbas Kiarostami. Países: Francia e Italia. Año: 2010. Duración: 106 min. Género: Drama. Interpretación: Juliette Binoche, William Shimell (James Miller), Jean-Claude Carrière, Agathe Natanson, Adrian Moore, Angelo Barbagallo, Andrea Laurenzi, Filippo Troiano, Manuela Balsimelli. Producción: Marin Karmitz, Nathanaël Karmitz, Charles Gillibert y Angelo Barbagallo. Fotografía: Luca Bigazzi. Montaje: Bahman Kiarostami. Diseño de producción: Ludovica Ferrario y Giancarlo Basili.
8 comentarios:
Mejor crítica que película jejeje
la copia siempre será más defectuosa que el original
Obra mestra de crítica y reflexiones que te has pegao Sr. Silverman. Creo que es una película "difícil". Solo un "ojo" ya acostumbrado a cierto tipo de cine la verá sin quedarse dormido.
craaaaaackkkkkkkkkkkkkkkkkk!!!!!!!
Ensayo minimalista romántico apto únicamente para cinéfilos cuajados en el difícil arte de la retórica argumental. Peregrino.
Muy buen blog , te felicito .
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Muy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)
Felicitaciones, muy interesante el articulo, espero que sigas actualizandolo!
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