Aunque nunca me han gustado demasiado las comedias siempre percibía las de Edwards como algo diferente. Había que tener el paladar fino para degustar el mensaje verdadero detrás de tanto glamour y confusión, persecución y romance. Hasta fusionó géneros con éxito. Se ha marchado otro genio y hoy estamos un poco más solos. Más allá de que cinematograficamente fuera bastante irregular. Al menos, aportó lo suyo junto al compositor Henry Mancini a la construcción de uno de los iconos del siglo XX: Audrey Hepburn. Suficiente.
1 comentario:
Concibo la obra de Blake Edwards de la misma manera que usted, señor Silerman y me apeno de cómo se van caducando los últimos días de este año con despedidas como estas.
Publicar un comentario